9 de octubre

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Me he despertado con más cortes y golpes, además mi brazo luce un hermoso mosaico de mordiscos rosados, palpitantes.

Mañana es mi cumpleaños, y la verdad no me hace demasiada ilusión pasarlo aquí.

Me han recetado diferentes medicamentos, tengo de todos los colores: antidepresivos, antipsicoticos, estabilizadores del humor, tranquilizantes, somniferos... una amplia gama de medicamentos de tonos pastel. Que bien, no?

Más tarde...

Papá y mamá no han vemido, tenían que trabajar. Increible. Puede que a su hija solo le queden unas horas de vida, pero que más da, en cierto modo me alegro, así no tendre que aguantar a esos mamones de mierda. No. Están volviendo.

Y parecen enfadadas.

Aún más tarde...

Me han intentado cambiar de sala, en cuanto se acercaron terminé de perder el control.
Mire fijamente a la enfermera y aprobeche el momento, me arranque de cuajo todos esos cables, atados a mi como lianas enredadas bajo mi piel (no entiendo como aguante el dolor) y le clavé una de las puntas de estos en el cuello a la desdichada mujer. Mientras estaban distraidos aprobeche y salí corriendo, realmente quería huir, pero yo jamás hubiera cometido tal atrocidad.

Me alejaba, y oía a la enfermera gritar mis espaldas, retorciendose dolor al fondo del pasillo. Estaba acercandome al ascensor... cautro metros... tres metros... iba contando la distancia restante hasta mi vía de escape.

Me faltaba un metro escaso para huir de todo ese infierno, ¿o acaso el infierno estaba en mi cabeza? Da igual, de todas formas note la aguja penetrar en mi piel, y el calmante escocer en mi sangre hasta diluirse, cerrando mis ojos.

Ahora estoy esperando a mis padres, atada como una loca en un manicomio.

Tal vez lo sea.

Más tarde...

No lo entiendo. No. No puede ser. Es increible... a la par de terrorifico. Voy a vomit

Más tarde...
Ha sido tan extraño.

Ellos llegaron, nos saludamos e hice ademán de abrazarlos (ya me habían desatado, pero había un hombre negro y alto "por seguridad de todos"), pero me rechazaron.
No me rechazarón como se rechaza a algo que te da asco, no. Me rechazarón como si me tubieran miedo. Y eso me dolió aún más. Al principio no entendí este rechazo, pero en fin. He atacado a una mujer sin razón alguna. Hasta el gigante musculoso que es el de seguridad me tiene miedo.

Y es totalmemte comprensible.

Charle calmadamente con ellos, pero cuantas más frases decían más me alteraba. Los odiaba tanto, pero, por que? No lo sé. Seguímos hablando, y me dijerón que pasaría a ser tratada en en hospital psiquiatrico.

"Damas y peones" creo que se llamaba. Un nombre un tanto absurdo para un local en el cual cuidad de leucemicos psicóticos, no?

Da igual. Seguimos hablando. Cada vez estaba más alterada, notaba la sangre later en mis sienes, bombeando. Y las voces. Oh las terribles voces, chillando, luchando por salir. El medico de guardia debio de darse cuenta de ello, pues se acerco y volvio a amarrarme con las correas. Justo a tiempo.

Salió de la sala y mi padre continuó, me intermarían mañana, para siempre. Ya me lo esperaba, entonces no entiendo por que me enfurecí tanto. No lo entiendo.

Note mi temñeratura ascemder de golpe, a la par de sus últimas palabras, y mi cuerpo retorcerse. Las palabras salían por mi boca, pero no eran mias.

Y fue cuando ocurrió.

Todos los vidrios de la sala estallarón de golpe, como si hubiera tenido lugar una fuerte explosión. Mi madre chillo y mi padre se tapó los oídos.

Llamame loca. Pero creo que yo provoqué el estallido.

RosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora