Anoche no dormí en toda la noche, emparanoiada. Provablemente todo sea un efecto de las pastillas.
Hoy he seguido hablando con Carrie, hablamos un poco del centro. Realmente está hecho para alojar casos como el mío, transtornados mentales con problemas terminales o muy graves; pero también admiten casos como el de Carrie, limpias de tumores y demás. "Damas y peones", sigue pareciendome un nombre absurdo. También he descubieryo que solo tiene "alumnos" (tambien se imparten clases, que comenzaré a recibir a principios de noviembre) de entre 13 y 18 años, así que todo el mundo es más o menos de mi edad.
Por lo demás no hay más noticias, hoy no he visto a David.
Más tarde...
Han venido mis padres, parecen estar recuperandose de todo esto. Me alegro por ellos, yo jamás lo superaré.
Más tarde...
Han vuelto. Los demonios. Tengo que controlarme, o si no me volverán a mantener exiliada dentro de esta pulida y blanca jaula. Y no quiero. Tengo que aguantar. Por Carrie. Por Samuel. Por mis padres. Por David.
Más tarde...
Siguen chillando dentro de mi cabeza y me duele todo el cuerpo. Quiero morir. Como se supone que le voy a decir mañana a mis padres que su hija se quiere morir?
"Papá, mamá, vuestra princesita quiere morirse"