Al fin ha llegado, no, la navidad, no. Me da absolutamente igual la navidad en este momento.
Estoy que no puedo con los nervios. En unas horas conoceré el mayor secreto de David.Dios.
Más tarde...
Recuerdo que en esta fecha mis padres y yo nos reuniamos entorno al árbol de navidad, plagado de regalos de todas las formas y colores imaginables, en cambio aquí estoy ahora, esperando descalza a la hora de la salida, para así poder ir con un chico al aue apenas conozco a dios sabe donde.
Creo que van a ser mis mejores navidades.
Más tarde...
Solo queda una hora y media. Una hora.
No puedo aguantar más.
Más tarde...
En cuanto oí el timbre me deslicé precipitadamente a traves de la pesada puerta métalica de mi celda, corrí a traves de los pasillos, apartando al resto de personas a base de codazos y golpes, yo también recibí alguno.
Hasta que al fin llegué, ya estaba en el comedor, la sala central, y ahí estaba el, al lado de una mesa, con su cabello dorado y su sonrísa brillante. Me quedé embobada mirandolo, y finalmente cuanfo reaccioné no pude hacer otra cosa que liberar la absurda tensión con una estúpida risa nerviosa, que más que una risa sonaba como un extraño alarido, pero a él eso no le importo, no, nunca le ha importado que me comporte de una manera un tanto extraña con él, es más, hasta me atrevería a decir que le alaga.
Me acerqué a David con pasos largos y precipitados, rudos, pero tampoco le importo, me tendió la mano y me dijo con una voz que hizo erizarse el bello de mi nuca "sigueme", y yo le hoce caso, caminamos un rato a traves de los oscuros pasillos de Damas y peones, y finalmente llegamos al final de un pasillo, sin puerta. Sin salida. Me temdió una venda y me invito a ponermela, provablemente si hubiera sido cualquier otra persona ya hubiera salido corriendo, pero no, era David, y confio estupida y ciegamente en el, así que tomé la vemda, delicada y de un añil palido y muerto, y me la até sobre los ojos.
Despues el resto es extraño.
Notaba a David guiarme con su robusta y segura mano a travez de pasillos, cada vez más ontroncados y laberinticos, oía voces rapidas y tranquilas a mi alrededor, notaba todo y no notaba nada a la vez, sentía el frío contacto del suelo plastico sobre la piel de mi pie desnudo, e intemtaba concentrarme en el suave tacto de la tela sobre mis parpados. Podía notar la respiración de David, calmanda en medio de este caos, acelerada en medio de la nada, y notaba como nuestra respiración iba acompasandose, como el minutero de un reloj.
Poco a poco el suelo iba cambiando, ¿Estaría en otra planta? No, no puede ser, estan cerradas a los alumnos. Pero eso debía ser, pues notaba como la fría textura del suelo se desbanecía bajo mis piez, transformandose en algo mullido y delicado, como una nube.
Ya no era consciente del tiempo, no sabría decirte cuanto tiempo seguí la guía de David por medio de ese esp as cio desconocido para mi. Tal vez fueran minutos, o horas. Podría haber sido un día entero perfectamente.
De nuevo el suelo volvía a cambiar bajo mis pies, esta vez era más tosco, me rasguñaba los pies, como si fuera hierba... y estaba yo inmersa en estos pensientos cuando note a David detenerse, y separa su mano de la mía. No me había sentido tan perdida en mi vida, esos cinco segundos sin el firme contacto de sus dedos entrelazados con los mios me dejó totalmente perdida, así wue cuando me dijo que me quitara la venda no tarde ni un instante en hacerlo.
Al principio no me lo creía, había notado un ligero cambio en la temperatura desde que me tapé los ojos, pero no puede ser. Al principio el destello me cegó, el impacto de lo qur parecía ser el Sol me dejó atontada unos instantes, pero no podía ser. No podía estar fuera. Era imposible. Pero en cuanto noté al Sol esconderse en lo alto tras unas finas ramas confirmé mis sospechas. Realmente estab fuera, pero como?
Instintivamente dirigí una mirada interrogatoria a David, que me la negó con un simple:
"No más preguntas, por favor, al fin y al cabo vad a descubrir ahora uno de mi secretos, debería conformarte con ello"
Simplemente me tomo de la mano y me dirigio a traves de lo que parecía ser un bosque.
Notaba pequeñas rams crujir bajo mis pies y romperse, la hierba rasguñandome los pies y el limpio aire fresco inundarme los pulmones. Sentía como si hubiera vuelto a nacer, y ahí estaba él, agarrandome de la mano, protegiendome de cualquier peligro.
"Hemos llegado"
No hacía ninguna falta que me avisara de ello, pues ante nosotros se formaba un fuerte muro rdpinoso, un enorme rosal con flores de todos los colores y texturas. Era expectacular. Pero ¿Como podía llegar hasta aquí? ¿Como podía esxapar de la máxima seguridad del edificio y llegar hasta aquí? ¿Como habíamos llegado hasta aquí? Entonces él se me hacerco y me hizo emerger de mis pensamientos como solo el sabe hacer, me miró directamente a los ojos y me tendió una rosa, blanca como la nieve, pura.
No lo pude evitar.
Me puse de puntillas y acerque mi rostro al suyo, note nuestras respiraciones juntarse y disfruté de respirar el mismo aire que él, que me llenaba los pulmones, presiones la rosa, entre mi mano y su pecho, y sentí una gota de sangre recorrer sus petalos, tintandola de rojo. Noté mi corazón palpitar cada vez más velozmente, igual que él suyo, como si de una carrera se tratase, y acerqué aún más mis labios, podía notar los suyos, asperos y dulces a la vez, a punto de fundirse con los mios.
En ese momento me di cuenta de todo, me dí cuenta del daño que le harí cuando me fuera, me dí cuenta de que era una granada, y peligraba con estallar entre sus brazos.
Me aparte rapidamente y heché a llorar como una estupida. ''Lo siento... pero no puedo... lo siento..." me miró extrañado y me pregunto la razón de mi impotencia, y yo de la concedí, entre lagrimas.
"Y y soy como una granada. Soy una granada, y en algún momento explotaré, así que me gustaría que hubiera el menor número de victimas posible, vale?"
Rematé, citando casi accidentalmente mi libro favorito.
"Pues si eres una granada nada ma haría más feliz que fueras tu quien me partiera el corazon. Te amo, y eso no va a cambiar"
Simplemente no lo pude evitar. Lo miré directamente a esos profundos ojos azules que tan loca me volvían y me acerque a él. Y el se acerco a mi.
Nuestros rostros juntos de nuevo, nuestras respiraciones entrecortadas y acompasadas y nuestros corazones acelerados. Note mi cuerpo rstremecerse nada más chocar nuestras frentes ¿Por que me resultaba todo esto tan familiar?
Nuestros labios se acercan lentamente, disminuyendo cada vez más la dolorosa distancia que los separa, y seguios acercandonos. Simplemente cierro los ojos y noto el delicado y a la vez áspero tacto de sus labios sobre los míos, la suave presión de sus manos acariciando mi rostro y note el universo esfumarse a mi alrededor tan rápido como fue creado. Noté todo y nada cuando nuestras lemguas se unieron en una delicada y elegante danza de fuego, mil veces ensayada con anterioridad. Era increible. Todo se desvaneció para mí, y para él, solo él y yo en medio del universo vacío.
Sencillamente fue algo celestial.
Somo si la luz y la oscuridad se juntaran.
Como si el cielo y el infierno colisionaran en un solo punto.
Y no fueran separados.Jamás.