26 de octubre

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He salido. Y no te vas a creer lo que he visto.

Te he conocido.
Quiero decir, a ti no. A David, aunque tu seas David. A otro David.

No he llegado a hablar con el, pero le he mirado a los ojos. Oh dios mio, no había visto nada más hermoso en mi vida, unos increibles ojos azules y cristalinos, parecidos a los mios, pero nada que ver. Mis ojos son azules verdosos, muy claros; los suyos no, son el azul más puro y brillante que he visto jamás. Incandescente como el fuego pero sereno como el mar. Son preciosos.

Pues eso, lo miré, me miro y parte la mirada, pero cuamdo dirijí la mirada de nuevo en su busca, ya no estaba. Que como se que se llama David? Obviamente no dude en preguntar a otro de los pacientes, uno de los que menos pinta de loco tenía.

Me siemto como una acosadora, pero la sensación que me recorrio el cuerpo cuando lo miré...

Es como si ya lo conociera.
Es como si ya te conociera.

RosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora