𝟷𝟺. 𝙼𝚒𝚜𝚒𝚘𝚗

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𝐂𝐢𝐧𝐜𝐨 𝐇𝐚𝐫𝐠𝐫𝐞𝐞𝐯𝐞𝐬
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Estábamos en la sala jugando un juego de mesa que Klaus y Ben habían encontrado en el ático cuando Ocho me pasa un papelito por debajo de la mesa de madera en donde se encuentra el tablero.

"No soy buena en esto, pero... ¿Quieres tener una cena conmigo?"

La miro, ocultando mi felicidad.

Me pasa un lapicero con el que escribo mi respuesta.

"¿Cómo una cita?"

Le paso el papel. Más ansioso por al respuesta.

"Si, algo así. La última vez no salió como tú querías... Y tengo algo que decirte"

¡Con todo!

"Yo encantado."

"Te espero en la azotea cuando las luces se apaguen"

No lo puedo creer.

Intento ocultar el rubor en mis mejillas mirando hacia mi derecha y la emoción que me invade en este momento apretando el papel en mis manos; sin duda tengo que enmarcarlo.

Esto es lo mejor que me ha pasado hasta ahora en este día y todo iba bien, hasta que la escandalosa alarma — que nos avisa sobre las misiones — comienza a sonar por toda la casa, interrumpiendo mi momento con Ocho.

Es momento de la acción, pero algo me tiene raro y no, no es la emoción de que Ocho me haya propuesto tener una cita hoy a la noche o el nerviosismo de lo que me diría.

El día de hoy nada me está saliendo como de costumbre; tuve 99 aciertos de 100 en la prueba de matemáticas que nos hizo papá por la mañana, puede que mis hermanos crean que soy un exagerado, pero no, me conozco lo suficiente para decir que eso no es nada normal ya que siempre tengo las pruebas en limpio, sin equivocaciones, aunque trato de tomarlo como algo bueno, aprender de los errores.

—¿¡Cómo quieren que la gente se sienta segura si se tardan una eternidad en prepararse?! —grita papá desde el pasillo al notar cómo todos corremos de un lugar a otro buscando nuestras cosas.

Me incluyo porque no logro encontrar mi antifaz y esa es otra de las cosas que no suelen pasarme ya que siempre tengo alguno de repuesto en mi armario y ahora no está.

—Aquí tienes, cariño —mamá entra a mi habitación y me extiende el antifaz—. Tuve que lavarlo después de la última vez.

Lo agarro y me lo coloco con algo de prisa.

—Gracias, Grace —agradezco y antes de salir de mi habitación, guardo la nota de hace unos minutos en uno de los cajones de mi mesa de noche.

Ahora si ya estaba listo para la acción.

Bajo las escaleras casi corriendo — ahorrando energías por si quiero teletransportarme cuando lleguemos al lugar —, y me encuentro a Ben junto a Ocho, ambos esperando a los demás en una posición de soldados.

—¿La princesita no encontraba su zapatilla? —pregunta ella en forma de burla a lo que le hago una sonrisa falsa y me pongo a su lado.

—Para tu información, no era una zapatilla, era mi antifaz.

—Si, claro.

—Buena suerte, chicos —nos habla Vanya entrando a la sala sin que la vieran, ella tiene prohibido ir a las misiones porque no tiene poderes y papá dice que eso no ayuda en nada.

Cuestión de tiempo [The Umbrella Academy☂️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora