CAPÍTULO 20

5.4K 781 175
                                    

—¡Kageyama!

Noya gritó y se tiró encima de mí. Solté un quejido mientras terminaba de abrir la puerta.

—¡Amigo mío! —exclamó abrazándome con fuerza. Rodé los ojos.

—¿Qué quieres? — Intenté no sonar brusco pero lo hice igual.

Él se alejó de mí y me miró con desbordante energía. Llevó sus manos a su cadera y dejó todo su peso caer en un pie. Yo alcé una ceja, esperando a que hablara.

—¿¡Noya!? — La voz de Asahi se hizo presente en nuestros sentidos. El nombrado me miró con pánico y corrió para esconderse en la pared de la puerta; la cual se abrió al instante. Yo miré al mayor, entendiendo la situación.

Nishinoya estaba huyendo de Asahi.

Y me resultó raro, porque siempre lo busca.

—¿Noya está aquí? —preguntó el de cabello largo. Asentí y señalé su ubicación.

—¡Kageyama! —se quejó, saliendo de su estúpido escondite. Asahi entró al cuarto y cerró la puerta tras él, soltando un suspiro. —¡Se supone que tenías que quedarte callado!

—¿Por qué lo haría? —pregunté, cruzándome de brazos.

—¡Porque Asahi-san me estaba siguiendo! — Parecía molesto. No me importó.

—Lamento esto... Desde que nos enteramos de que te gusta Hinata, Nishinoya hizo un plan para juntarlos. —explicó con claro cansancio.

Negué una y otra vez.

Hinata y yo nunca podríamos estar juntos. Es casi imposible. Nuestras personalidades, la sociedad... Algo que nunca podría darse.

—¡Solo escúchame! —exclamó quien tenía un mechón amarillo con exasperación. —¡El domingo nos volvemos casi a la noche, podrían salir! Japón es hermoso. ¡Nosotros, con Asahi-san, veremos cómo distraer a Daichi y a Suga!

—Eso es lo que haremos. —respondí, encogiéndome de hombros.

Los dos mayores me miraron con sorpresa. —¿En serio? —asentí.

—Hinata me invitó a salir.

Sentí mi pecho hincharse de emoción y se me hizo imposible ocultar una sonrisa. Tendría una cita con el chico que me gustaba.

Sí, me gustaba. No puedo superarlo... Ya dedicaré todo un día a eso. Solo en pensar en él y explicar las miles de razones de por qué me gusta.

—Oh, mira lo enamorado que está. —dijo Nishinoya mirándome con ternura.

Borré mi sonrisa.

—¡Ey, no! —exclamó con una mueca.

Asahi soltó una risa. —¿Y tienen planeado hacer algo? —preguntó, refiriéndose a mi próxima cita con Hinata.

Negué—. No lo sé. ¿Qué creen que puedo hacer?

Nishinoya sonrió con malicia. —A eso es a lo que quería llegar...

Quince minutos después, estábamos encerrados en el cuarto de limpieza. Usualmente estos pequeños departamentos en los que nos solíamos quedar, habían cuartos que guardaban todos los elementos para limpiar el lugar. Olía a desinfectante concentrado, pero nada que no pudiéramos soportar.

Nishinoya se encontraba sentado en el suelo con un papel y un bolígrafo en sus manos, yo a su lado y Asahi al lado de la ventana porque el olor le revolvía el estómago.

—Hay muchos lugares, el año pasado vinimos con Tanaka y paseamos por todos lados. Como no tendrán muchas horas, podrían ir a la heladería cerca de aquí. Al lado también hay un parque para que se sienten y hablen de todo lo que quieran hablar... Si ya sabes a lo que me refiero... —dijo con una sonrisa pícara.

Pensé que si había personas como Nishinoya y Asahi, que aceptaran el amor entre dos hombres, justo como mi familia, quizás podría haber esperanza para nosotros dos. ¿Verdad?

Aunque claro, es obvio que esperanza sí. Lo que necesito es coraje para acercarme y poder salir con él, meternos en una relación, vivir juntos, casarnos y tener un perro. O un gato. ¡Lo que él quiera con tan de que solo se quede a mi lado! De todos modos, me estoy desviando del tema.

A lo que intento llegar es que quiero estar con él pero necesito tener el valor suficiente. Odio esto.

—Quizás Hinata ya tiene un plan. —acotó Asahi, cruzado de brazos. Nishinoya se dio vuelta y lo miró.

—Imposible. ¡Shoyo no piensa antes de actuar! Probablemente invitó a Kageyama sin tener algo planeado.

—¿Estará en pánico como yo? —pregunté. Nunca lo sabría.

—Seguro que sí. ¿Quieres que vaya a ver? —preguntó con una sonrisa.

Asentí rápidamente.

—¡Está bien! Asahi, cuida de él... O al revés. ¡Como sea! Ya vuelvo.

Crónicas de un Kageyama Confundido | KagehinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora