Pensé que hablar con Kiyoko y Tanaka iba a ayudarme en algo.
Fue inútil, no sirvió de nada.
Básicamente, me dijeron dos palabras y se fueron.
¡Como ellos ya pasaron por todo eso, no se preocupan!
Bufé.
Solo me quedan cuatro personas.
Y claro, el coach Ukai y el profesor Takeda.
Decidí saltear a Yachi, probablemente se ponga muy nerviosa y grite mi pregunta, eso llamaría la atención de Hinata y él se acercaría a mi... eso, probablemente, arruinaría mi vida. Ennoshita, Narita y Kinoshita ni siquiera están aquí. Y gracias a eso me quedan dos personas.
Debo ser sincero, me asusta preguntarle al coach Ukai. Probablemente me grite que el amor no existe o algo por el estilo. Mientras que el profesor Takeda... Bueno, él seguramente dirá algo como "céntrate en tus estudios y menos en el amor, Kageyama" o algo por el estilo. Totalmente descartado.
Suspiré y negué.
Creo que estoy bien con las respuestas hasta ahora.
La curiosidad por preguntarle a Hinata cada segundo crece más, por poco casi camino hacia él si no fuera por el sonido de la campana.
Oficialmente, el entrenamiento ha acabado. Es hora de volver a nuestros respectivos hogares y, por lo tanto, es hora de que yo me ponga a pensar qué mierda me está pasando a base de las respuestas de mis amigos.
— ¡Kageyama! — ahogué un suspiro mientras salía de la escuela.
La voz a mis espaldas, como siempre, se escuchaba energética.
— ¡Kageyama, espérame! — exclamó. Pude escuchar sus pasos apresurados atrás mío — ¡Kageyama!
Me di vuelta y lo miré cansado.
Ah... Mierda.
Mi corazón se aceleró inconscientemente y mis mejillas se enrojecieron furiosamente.
Cabello desordenado, ceño duramente fruncido con una mirada brillante bajo la luz de la luna. Sus labios estaban apretados fuertemente en una línea. Se podía notar lo molesto que estaba.
— ¿Qué? — Intenté soltar relajado, como si no me importara.
Él se cruzó de brazos, luciendo más tierno de lo normal — ¿Tienes algún problema conmigo?
Uh, sí. Muchos — ¿No?
— ¿Entonces qué te pasa? — preguntó, dándome un leve empujón.
El simple toque de sus dedos sobre mi hombro me hizo emocionarse de más. No sabía cuánto extrañaba el roce de Hinata hasta que volví a sentirlo; podría decirse que se sintió como un gran sentimiento de calma sobre mí. Fue hermoso.
— Nada.
— ¿Por qué le preguntaste a todos qué se sentía estar enamorado? — volvió a cuestionar —. Bueno, no a todos ¡porque yo no estaba incluido! — exclamó de manera infantil —. Tienes un problema conmigo, ¡Admítelo! — demandó furioso.
— ¡No lo tengo! — exclamé con el ceño fruncido.
— ¡Claro que sí!
Bufé y me di vuelta, dispuesto a caminar otra vez. Hinata hizo lo mismo mientras cargaba su bicicleta.
Estuvimos en silencio por varios minutos, era incómodo y molesto. ¡Pero todo gracias a él! Podría haberse ido por su propio camino, estoy seguro que ya hubiese llegado a su casa pero decidió irse por el camino más largo — junto a mí — solo para armar un escándalo.
Aunque debo decir que mi corazón no se ha calmado. Me sigo sintiendo de la misma manera, lo que me hace preguntarme cómo se encuentra Hinata. Después de varios días ignorándolo, el sigue viniendo conmigo. ¿Es masoquista o qué?
Suspiró — ¿No me preguntarás? — negué. — ¡Vamos, hazlo! No seas un idiota... Idiota.
— ¿De qué me sirven tus respuestas? Ya tengo suficiente con la de los demás. — respondí con sinceridad. A decir verdad, las respuestas (en especial las de los mayores) eran realmente buenas y me habían hecho pensar toda la práctica entera. Si bien me importaba demasiado lo que pudiese llegar a pensar Hinata, me sería estúpido.
— ¡Por favor! — Volví a negar.
— No solo eres tú al que no le pregunté, también estaban los de segundo año y Yachi. — acoté con mis manos en los bolsillos de mi pantalón. Hinata me miró molesto. — ¿Qué?
— Eres un idiota, un verdadero idiota — refunfuñó mientras desviaba su mirada. Nos volvimos a quedar en silencio por unos cuantos segundos —. Podrías haberme preguntado para... No quedar mal, ¿sabes? No te costaba nada.
— ¿Todavía sigues con eso?
— ¡Kageyama!
— ¡Está bien, está bien! — grité con cansancio mientras ponía los ojos en blanco.
Hinata sonrió. No me gastaré en explicar como está mi corazón debido a eso; llevo repitiendo la misma mierda desde hace días.
— Hinata...
Qué extraño se sentía volver a decir su nombre.
— ¿Qué se siente estar enamorado?
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Crónicas de un Kageyama Confundido | Kagehina
FanficPRIMER LIBRO DE "CRÓNICAS DE..." KAGEHINA. ¿Internet? No sirve. ¿Mi madre? Esa mujer me hará más preguntas de las que ya tengo, así que no. Básicamente me siento extraño estando cerca de Hinata. Por favor, ayuda. Si saben cómo curarme, comuníquense...