CAPÍTULO 06

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- ¡Noya-san!

- ¡Kageyama! - exclamó con una sonrisa mientras tomaba la pelota.

- Necesito hacerte una pregunta... Y a Asahi-san también, si se puede. - dije mientras apretaba mis propios puños ansiosamente por la respuesta que ellos podrían darme.

Por ahora, solo debería reunir toda la información posible basándome en cada punto de vista de todo el equipo (porque sí, le preguntaré a todo el equipo) y luego, cuando esté acostado preparado para dormir, me pondré a pensar.

Solo espero que el día acabe bien.

- ¡Claro! - dijo con ese tono tan energético que tiene. - ¡Asahi-san, ven aquí! - llamó al mayor, quien caminó rápidamente hacia él. - ¡Kageyama tiene una pregunta para hacernos!

- Está bien...

Los dos me miraron atentamente.

- ¿Qué se siente estar enamorado?

Y se quedaron así por unos largos segundos, quisiera no poder decir minutos.

Ninguno de los dos parpadeaba, ni siquiera parecía que respiraban.

- ¿Q-qué se siente estar enamorado?

- ¡Vaya tipo de pregunta!

- R-realmente no lo sé, digo, sí creo haberlo estado pero-

- ¿C-cómo se supone que voy a saber eso? Quiero decir-

- ¿Cómo sé? No lo sé, ¿Acaso alguien lo sabe? Porque yo no lo sé.

- Ahora me siento confundido y-

- ¡Chicos! - grité, cansándome de su trabalenguas. Los dos me miraron: sus mejillas estaban enrojecidas, ¿acaso eso era sudor? - ¡Cálmense! No hace falta que respondan la pregunta solo-

- ¿¡Qué acabas de decir!? - chilló Noya asustando a Asahi - ¡Somos tus senpais! Nuestro trabajo es ayudarte en todo así que espera a que lo piense y... ¡Te responderé! ¡Responderemos! ¡¿No, Asahi-san!?

- Eh... Sí.

Nishinoya asintió con una sonrisa mientras se cruzaba de brazos.

Nos quedamos en silencio unos segundos realmente incómodos.

- ¿Ya lo pensaste? - pregunté.

- ¡Claro que sí, estaba esperando tu pregunta! - Asahi soltó una corta risa -. Así que... ¿Qué se siente estar enamorado? Buena pregunta. - Era increíble como Noya podía pasar de ser un payaso a estar serio -. Uh... Empieza tú, Asahi. Se me fueron las palabras.

- ¿¡Eh!? - miró al otro sorprendido, terminó negando después de unos segundos -. Uh... Estas preguntas me ponen nervioso. - soltó una risa entre medio de una mueca -. Bueno... Es cuando... Es cuando sientes que tu corazón late muy fuerte cuando están cerca el uno del otro.

- Y también cuando no puedes quitar la vista de esa persona, ni dejar de pensar en ella o de preocuparte. - acotó Noya pensativo.

- Sueles trabarte mucho al hablarle o te pones muy nervioso que ni puedes verlo. - explicó Asahi -, tienes la repentina necesidad de cuidar a esa persona como si fuera lo más ligero del mundo.

- Se siente extraño aquí - Nishinoya señaló su estómago -. Pero en especial aquí - señaló su corazón -. Tu mundo cobra una nueva dimensión, todo se siente lindo ya que, la persona que te gusta, arregla todo. Ilumina tus días, ¿No, Asahi-san?

- Sí, eso.

Asentí.

- ¿Por qué la pregunta? - cuestionó Noya con una ceja alzada - ¿Acaso nuestro Kageyama se enamoró?

Sentí mis mejillas arder y negué.

- ¡Se puso rojo! ¡Le gusta alguien! - chilló con diversión.

Asahi negó con una sonrisa -. Nishinoya...

- ¡No me digas que no, Asahi! ¡Está enamorado!

- ¡No lo estoy!

- ¡Lo estás!

- ¡Que no!

Rodé los ojos y me crucé de brazos al escuchar la risa de los dos mayores. Lo esperaba de Noya pero no de Asahi.

- Así que, dime -. Sonrió con malicia - ¿Quién es la afortunada?

- No creo que sea una afortunada... - Hice una mueca. Estoy refiriéndome a Hinata, aunque no me gusta. Que quede claro.

- ¡Vamos! Eres bastante lindo y... ¡Juegas bien al vóley! Es realmente afortunada.

No entendió.

Negué -. En fin, muchas gracias por sus respuestas.

- ¡No hay de qué!

Comencé a caminar lejos de ellos, pensando en quién podría acercarme ahora. Solo me quedaban Yamaguchi, Tsukishima, Tanaka, Kiyoko, Yachi, Ennoshita, Kinoshita y Narita.

¿Podría preguntarle a Hinata? Demasiado arriesgado. Aunque...

Sacudí mi cabeza.

¿Cómo se supone que iba a hablarle después de que corrí de él en la mañana? Qué vergüenza, por cierto. No hemos hablado desde ese momento y no me atrevo, seguramente me desmayaré en el intento.

Sentí algo chocar contra mis pies. Una pelota, luego unos pasos.

Por favor, cuando levante la vista, que no sea el chico en el que estoy pensando.

Crónicas de un Kageyama Confundido | KagehinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora