Capítulo 8

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"Los viejos columpios"

Los columpios del parque en el que me encantaba columpiarme de niña, los columpios dónde un niño pelirrojo que odiaba, me empujaba de ellos.

Ahora mismo, después de años, me encontraba otra vez meciéndome en aquellos columpios con aquel pelirrojo a lado.

Hace pocos minutos me había propuesto una idea que tenía y yo había aceptado.

Una promesa cerrada.

-Empieza- Aster interrumpió mis pensamientos, arrugue la nariz.

Sonrió.

-Empieza. Cuéntame que es lo que está pasando- relajó la cara y me dedicó una sonrisa honesta.

No me quedó otra que empezar.

-Me siento sola- fue lo único que salió de mi boca.

Aster asintió y no respondió por un largo tiempo. Creo que estaba intentando pensar que responder al respecto.

Cuando al fin tuvo una respuesta me volteó a ver
desde el columpio a lado mío y me dió una solución.

-¿Por qué no hablas de esto con tu hemano mayor? Estoy seguro que él te entenderá.- hizo una pequeña pausa - Recuerdo que eran muy unidos antes de que me fuera a la escuela, pero últimamente no lo he visto mucho.

Baje la mirada enseguida y lágrimas llenaron mis ojos inmediatamente.

-M... Mi hermano y mi papá murieron hace un año en un accidente de auto- dije con voz entre cortada, una lágrima se deslizó por mi mejilla hasta caer en alguna parte del suelo.

No me gustaba que me vieran llorar pero esta vez no pude evitarlo.

-Alessandra, lo siento tanto.

-No, no lo sientas, no fue tu culpa.

Sonrió débilmente.

Alcé la mirada y giré para ver a Aster.

-Te toca- me limpié el resto de la lagrima que había quedado en mi mejilla.

Suspiró -Me siento frustrado, a veces quiero controlar cosas que simplemente no están en mi manos.- ahora fue él quien bajó la mirada -Solo quiero que cambien las cosas.

Quería preguntar qué lo tenía tan frustrado pero preferí darle su espacio.

Me acerqué con el columpio a su columpio y lo tomé de la mano.

Él, al notar mi mano sosteniendo su mano volteó a verme y sonrió.

-Supongo que los dos tenemos cosas que superar y aprender.

Solo asentí. Aster prosiguió

-Por lo que estás sintiendo... no te voy a decir que dejes de sentir eso o que dejes de estar triste, porque no funciona así. Pero si te voy a recordar todos los días de tu vida que las cosas van a mejorar, no hay días buenos ni días malos, solo días en los qué vas a caer, pero tienes que aprender a pararte. Siempre hay que seguir, sigue adelante aunque encuentres obstáculos en tu camino.

Ahora me encontraba llorando como una total ridícula enfrente de Aster, espero no crea que soy rara y se aleje como las demás personas.

Se dio cuenta de mi vergüenza llorando frente a él.

-Está bien llorar, se que las personas lo relacionan siempre con algo negativo, con algo triste, pero esta bien, te libera de todos esos pensamientos que tienes frustrados en tu cabeza y al fin sentirte mal se siente bien, te sientes libre, vivo.

Diario de un ColumpioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora