"Una de mis cosas favoritas: Libertad"
Después de varias semanas de la misma rutina de siempre y mucho trabajo, hoy decidí hacer algo con Mich y Kev después de mi turno en la librería.
En cuanto a Aster, casi no había visto o hablado con él desde aquel día en el techo de su casa. Solo lo ví unas cuantas veces en la librería y cuando me traía y llevaba en su auto, pero casi no hablaba.
El día de hoy quedé con Mich y Kev en ir por un helado a el puesto que nos gustaba mucho desde niños.
Mich y Kev pidieron un helado de fresa y yo de vainilla.
-No puedo creer que les guste el helado de fresa- dije saboreando el helado de vainilla en el cono de galleta.
-¡No puedo creer que no te guste el helado de fresa!- exclamaron los dos al unísono y empezamos a reírnos a carcajadas.
Estuvimos un gran rato riéndonos y pasándola bien, hace mucho tiempo no pasaba tiempo con ellos, era un alivio pasarla un rato con mis dos mejores amigos y reírnos de las estupideces que se le ocurrían a Kevin.
-¿Se acuerdan de cuándo teníamos como siete años y jugamos a la familia en el parque de enfrente?- preguntó Mich entre risas.
-Sisisi- asintió Kevin con el dedo riéndose -Alesita era la mamá, tú la hija y yo el perro.
No parámos de reírnos por un largo rato.
-Desde que éramos niños no me llamabas así.
-¿Cómo? ¿Alesita?
Asentí con la cabeza.
-Pensé que no te gustaba que te dijera así.
-Bueno, no me gustaba, pero era tierno- reproché.
-Ni quién te entienda, Alessandra refunfuñona Blake.
Volvimos a estallar en risas.
-Hablando de refunfuñones- Kev cambió de tema dirigiéndose a Mich -¿Por qué hoy no fue a trabajar el joven sexy pelirrojo.
-Sí, últimamente ah estado muy distante, me preocupó que hoy no fuera a trabajar.
Los dos me miraron con una sonrisa pícara, se voltearon a ver entre ellos dos y después volvieron a dirigir su mirada a mí.
-Te preocupó uhhh- dijeron los dos al unísono de forma burlona.
-¡Ay basta! solamente me preocupé porque supongo que si se está comportando de esa manera es porque algo pasó.
-Ajá solo te preocupó por...- Kevin soltó sarcásticamente pero Mich lo interrumpió.
-Sí, hoy no fue a trabajar porque ayer se complicaron las cosas con papá.
Inmediatamente Kevin y yo la miramos, se encontraba cabizbaja y hasta podía jurar que tenía los ojos llorosos. La tomé de la mano, angustiada.
-Pero ¿Qué ocurrió?- se notaba mi mirada de angustia, no solo por Aster sino por los dos.
Mich no pudo aguantar las lágrimas y comenzó a llorar. Se notaba el dolor en su interior.
Kevin notó que algo no andaba bien y la abrazó.
-Si no quieres decirnos esta bien, lo entenderemos- Kevin la abrazó más fuerte y yo asentí con la cabeza.
-Pero recuerda que siempre puedes contar con nosotros y cualquier cosa que nos quieras decir te vamos a escuchar.
Sonrió entre lágrimas -Gracias chicos, los quiero.
Kevin sonrió y la agito abrazándola.
-Nosotros te amamos Jessie.
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Diario de un Columpio
RomanceUn Columpio. Un niño inmaduro. Una niña tonta. Un pasado enterrado que volverá a unirlos después de tantos años de no haberse visto a pesar de ser prácticamente vecinos desde los cinco y seis años. ¿Casualidad? ¿Destino? ¿Coincidencia? Aster Glen e...