"La noche"
-¿Segura que no quieres un poco de ayuda?- Kevin se ofreció desde el otro lado de mi cocina.
Estaba preparando un poco de pasta porqué tenía hambre, ya casi era de noche y ya estaba en pijama. Kevin llegó de la nada a invadir mi casa con la excusa de que estaba aburrido y no tenía nada que hacer
Mi mejor amigo era muy ocurrente y eso era lo que me encantaba de él.
Un día cuando éramos pequeños, se le ocurrió llevar un galón de jabón a la escuela para mojarnos y resbalarnos en los juegos del receso. Aster como era un año mayor que nosotros, siempre nos molestaba y nos decía que éramos ridículos.
Yo, harta de que siempre se las arreglase para molestarme, le armaba bronca y Kevin solamente se aseguraba de que me calmara y no le arrancara su cabello de zanahoria.
Aunque yo supiera perfectamente que no estaban bien todas las travesuras que hacíamos, siempre lo acompañaba y le seguía el juego.
Así funcionaba nuestra amistad; él hacía algo estúpido y yo tenía dos opciones, o me unía a él, o lo salvaba de la metedura de pata que hiciera.
-Sí Kevin, estoy segura que no necesito ayuda para un poco de pasta, y en el caso de que necesitara ayuda, no te la pediría a ti- sonreí mientras el ponía los ojos en blanco.
-Sí, está claro que la chef de nuestro trío amistoso es Mich y yo soy un completo asco en eso, pero podría aprender.
Sonreí -Aunque te demos clases de cocina por todo el resto de tu vida, No creo que vayas a aprender mínimo a
preparar una sopa instantánea.-De acuerdo, tú ganas- se recargó en la isla de la cocina rendido -Hablando de la pelirroja... estoy preocupado por ella, no ha contestado ninguno de mis mensajes y no me deja visitarla. No se nada de ella desde la fiesta.
Mi alarma resonó en la cocina indicando que ya eran las siete de la tarde.
-Hay que darle tiempo y espacio- dije mientras llenaba un vaso con agua y me tomaba mis pastillas- No sabes por lo que esta pasando y tal ves solo se siente abrumada.
-Te juro que voy a matar al imbecil de Tedson.
Sonreí entendiendo su furia y enojo pero haciéndole entender que no puede hacer nada al respecto -No eres el único, Aster igual esta que le tiemblan las manos por volver a golpearlo.
-No lo culpo.
Termine de preparar la pasta y me la serví en un vaso de plástico.
-Por lo menos agradezco que no pasó a mayores y que Aster y yo llegamos a tiempo- empecé a comer -todo gracias a tí- le pinche la punta de la nariz con mi dedo.
Sonrió y al mirar mi vaso me miró confundido.
-¿Por qué te sirves la pasta en un vaso desechable?
Me encogí de hombros tomando un gran bocado -Me da flojera lavar el plato después de usarlo.
-Entendible.
Apagué las luces de la cocina y prendimos la televisión en la sala.
Escogimos una de nuestras películas favoritas "Toy Story 2" y la empezamos a ver. Kevin me hacia sentir segura, era como mi espacio seguro.
Cuando ya estaba a punto de quedarme dormida recargada en el hombro de Kevin, su celular sonó.
-Ya me tengo que ir, mamá llamó.
-Esta bien te acompaño a la puerta.
Cuando abrimos la puerta pudimos ver desde lejos quien se encontraba sentado en el patio del parque dibujando.
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Diario de un Columpio
RomanceUn Columpio. Un niño inmaduro. Una niña tonta. Un pasado enterrado que volverá a unirlos después de tantos años de no haberse visto a pesar de ser prácticamente vecinos desde los cinco y seis años. ¿Casualidad? ¿Destino? ¿Coincidencia? Aster Glen e...