Capítulo 22

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"Mi estrella de día y de noche"

Oh. Por. Dios.

Vaya. Él había sido. Todo este tiempo fue él.

Aster fue el despiadado ladrón.

Mi bici. Mi preciosa y hermosa bicicleta estaba a centímetros de mí.

Todo esté tiempo Aster la tuvo.

Me acerqué lentamente a ella y la admiré. La había dado por robada y pensé que jamás en mi vida la volvería a ver. Que jamás iba a volver a sentir la sensación de libertad que me provocaba andar en ella.

Claro eso no me afectó tanto ya que llegó el pelirrojo con su auto, su sonrisa y sus bellas frases a brindarme lo que mi bicicleta me daba.

Pero él me enseñó muchísimo más.

-Porfavor no me pegues.

Y como en todos los casos, le lleve la contraria y le pegué en el brazo.

-Auch- se quejó y lo penetré con mi mirada amenazadora -Está bien me lo merecía- subió sus manos en un gesto de rendirse.

-Fuiste tú- seguía sin soltar mi mirada de mi bicicleta -Todo este tiempo fuiste tú. Tú la tomaste del callejón.

-Sí, supongo que sí.

-¡¿Supones?!

-Oye no me culpes. Vi la oportunidad y la usé. De alguna manera necesitaba acercarme a tí, y cual mejor que robar tu bici y ofrecerme como chófer.

-¿¡Esa es tu brillante forma de ligar con una chica!?

Asintió encogiendosé de hombros.

-Vaya Aster Glen, en verdad tu imaginación va más allá de los límites estructurados.

-¿Qué puedo decir? Soy un genio, querida- hizo una reverencia.

Reí y me acerqué más a mi bicicleta, la toqué con la palma de mi mano y la admiré.

-¿Por qué me la entregas ahora?

-Bueno esa es una muy buena pregunta, mi querida Tonta. Ahora que porfin estamos juntos y mi plan salió a la perfección. Quería dártela, pero con una condición.

-¿Qué condición?

-Voy a seguir siendo tu fiel chófer.

-Está bien.

-¡Oh vamos! por favor no va a ser tan....- se quejó, pero paró en seco -Espera ¿Qué acabas de decir?

-Que está bien.

-Vaya, fue más fácil de lo que creí.

Seguía sin apartar la vista de mi preciosa bicicleta. Todavía no me lo creía.

-¿Todo este tiempo la tuviste aquí, cautiva?

-Nah- negó con la cabeza divertido -Hace unos segundos la hice aparecer con mi varita mágica.

Le lanzé una mirada despectiva.

-¿No me crees? Sangre sucia inmunda.

-Muggle

Abrió la boca en forma de <<O>> y se llevó una mano al pecho como si lo hubiera apuñalado justo en el corazón.

-Auch. Eso fue un golpe bajo.

-Bueno, si no es de mucha molestia para el ladrón, me llevaré mi bicicleta lejos de aquí- dije tomando entre mis manos el manubrio para guiarla fuera de la pequeña bodega.

Diario de un ColumpioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora