- Nunca llegaremos - protestó Zoë - Vamos demasiado despacio. Pero tampoco podemos dejar al taurofidio -
- Muuuuu - respondió el bicho, que iba nadando al lado mientras caminaban junto a la orilla.
Ya habían dejado muy atrás el centro comercial y se dirigían al Golden Gate, pero estaba mucho más lejos de lo que parecía. El sol descendía ya hacia el oeste - No lo entiendo - dijo Percy - ¿Por qué tenemos que llegar a la puesta de sol? -
- Las hespérides son las ninfas del crepúsculo - repuso Zoë - Sólo podemos entrar en su jardín cuando el día da paso a la noche -
- ¿Y si no llegamos?
- Eso no es una opción - respondió Dante - Mañana es el solsticio de invierno. Si no llegamos hoy a la puesta de sol, tendremos que esperar hasta mañana por la tarde. Y entonces la Asamblea de los Dioses habrá concluido... Tenemos que liberar a Artemisa esta misma noche -
- Necesitamos un coche - dijo Thalia.
- ¿Y Bessie? - preguntó Percy.
- El bicho no cabe en un maletero - se burló Dante.
Grover se detuvo en seco - ¡Tengo una idea! El taurofidio puede nadar en aguas de todo tipo, ¿no? -
- Bueno, sí - respondió el hijo de Poseidón - Estaba en Long Island Sound. Y de repente apareció en el lago de la presa Hoover. Y ahora aquí -
- Entonces podríamos convencerlo para que regrese a Long Island Sound - prosiguió Grover - Quirón tal vez nos echaría una mano y lo trasladaría al Olimpo -
- Pero Bessie me estaba siguiendo a mí - respondió el chico - Si yo no estoy en Long Island, ¿crees que sabrá encontrar el camino? -
- Muuu - mugió Bessie con tono desamparado.
- Yo puedo mostrarle el camino - se ofreció Grover - Iré con él - Dante lo miró de reojo. A pesar de que su opinión de Grover no era la mejor en la última misión el sátiro había demostrado ser muy útil - Soy el único capaz de hablar con él - continuó - Es lo lógico -
Se agachó y le dijo algo al oído a Bessie, que se estremeció y soltó un mugido de satisfacción - La bendición del Salvaje debería contribuir a que hagamos el recorrido sin problemas - añadió Grover - Tú rézale a tu padre, Percy. Encárgate de que nos garantice un trayecto tranquilo a través de los mares -
Percy se quedó meditando durante unos segundos mientras su vista iba del taurofidio a sus amigos - Estoy de acuerdo con él - secundó Dante - No podemos llevar al bicho ese con nosotros y tampoco podemos dejarlo sólo... - después miró al sátiro - Lo has hecho muy bien en esta misión, Grover... Confío en ti -
Las palabras de Dante parecieron darle un boost de confianza a Grover, quién asintió con determinación - No te defraudaré -
Lo sé, pensó Dante. Percy asintió y se colocó frente al mar, con la mirada fija en las olas del mar - Padre - musitó - Ayúdanos. Haz que Grover y el taurofidio lleguen a salvo al campamento. Protégelos en el mar -
- Una oración como ésta requiere un sacrificio - dijo Thalia - Algo importante -
Percy reflexionó un instante y se quitó el abrigo - Percy - dijo Grover - ¿Estás seguro? Esa piel de león te resulta muy útil. ¡La usó Hércules! -
Por puro instinto Dante miró a Zoë. Mencionar al legendario hijo de Zeus en presencia de aquella chica debería de ser pagado con la muerte. Zoë observaba a Percy con atención, esperando su respuesta - Si he de sobrevivir - contestó el chico - No será por llevar un abrigo de piel de león. Yo no soy Hércules -
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ARES #3 // DIOSES DEL OLIMPO
FanfictionRecuerda quién eres... Seis meses han pasado desde que Thalia fue liberada de su prisión y una nueva amenaza se alza al oeste del país. Dante deberá unir fuerzas con nuevos aliados y descubrir los secretos de su propia poder si quiere que la luna b...