XXXVII

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Maratón 2/2

- ¿De verdad te has peleado con Percy? - preguntó Helena mientras se asomaba a la cabaña de Ares.

Dante estaba tumbado en su litera, leyendo un libro y le dedicó una mirada de soslayo a la chica. Habían pasado cinco días desde que Nico "desapareció". Y cinco días desde su pelea con el hijo de Poseidón. En ese tiempo todo parecía haber vuelto a la normalidad. Pero en el campamento se respiraba un aire de nerviosismo - Sí que han tardado en contártelo... - musitó mientras pasaba una página - ¿Quién ha sido? ¿Annabeth? ¿O el llorón de Percy? -

- ¿Y por qué os peleasteis? - suspiró la chica, ignorando su pregunta. Helena se sentó a su lado y le miró fijamente.

- Por nada... - musitó Dante mientras continuaba con su lectura.

Helena suspiró exasperada y le arrebató el libro se las manos - ¿Desde cuándo me escondes cosas...? - el hijo de Ares alargó su mano, intentando recuperar su libro, pero Helena lo escondió tras su espalda - Dante... Pensaba que la época de las mentiras ya había acabado. Llevas un par de días raro. Así que empieza a hablar -

El chico frunció el ceño y se dejó caer de nuevo en su cama - No me pasa nada... - respondió. Mentira. La última misión había dado un giro de 180 grados en su vida. Todo lo que creía cierto, los pilares fundamentales se habían sacudido de tal manera que nada de lo que veía a su alrededor parecía real. Miró a Helena, la chica le dedicaba esa mirada de preocupación que él tanto odiaba ver. Sobre todo cuando él era el culpable de sus miedos.

- Helena... - se incorporó y deslizó sus brazos alrededor de la cintura de la chica - Estoy bien... Solo un poco cansado -

- ¿Y lo de Percy...?

Dante se quedó embelesado mirando los azules ojos de la chica. Aún no le había contado la verdad de lo que había pasado con Nico. Y la verdad era que no sabía por qué. Confiaba en Helena. Pero había algo en su cabeza que le decía que no le contase nada más a la chica. Tal vez porque si empezaba a hablar, sería incapaz de parar - Dante... ¿Qué ocurre? -

- Es por lo de Nico... - contestó el chico mientras hundía su rostro en el hombro de la chica - Él... No desapareció así sin más -

Helena deslizó una mano entre los cabellos del chico - No tienes que contármelo si no quieres... -

Dante negó, con el rostro escondido aún en su cabello - No Helena... Claro que quiero contártelo... Es solo que... En bastantes problemas te he metido ya. No quiero que te pase algo por mi culpa -

Una risa suave escapó de entre los labios de la chica - Dante. El solo hecho de estar contigo es sinónimo de problemas - Helena depósito un dulce beso en la coronilla del chico - Pero no tengo pensado ir a ningún lado. Da igual lo mal que se pongan las cosas. Puedes confiar en mí -

- ¿Puedes confiar en ella? - susurró el diablillo en su oído. ¿Confío en ella?, pensó Dante. Claro que confío en ella - Entonces... ¿Por que aún no le has contado lo verdad? La verdad de quién eres, de donde vienes... -

Dante suspiró por lo bajo - Lo sé... Confío en ti - se separó un momento de la chica y la miró a los ojos directamente - Y te voy a contar lo que ha pasado -

Durante los próximos veinte minutos Dante le contó todo lo que había pasado con el nuevo hijo del dios de los muertos. Helena le escuchó atentamente hasta que llegó a la parte de su pelea con Percy - Estabais nerviosos... Y tú eres de mecha corta -

- Eso no es excusa... Hasta golpeé a Annabeth - suspiró Dante mientras rodaba hacia un lado de la cama.

- Podrías empezar por pedirle perdón - respondió Helena - Aunque no creo que te guarde rencor -

ARES #3 // DIOSES DEL OLIMPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora