La Última Luna

Capitulo 11

- Oh mierda.

Veo como ella y unas 10 personas más se van acercando.

- Vete.
- Le digo a mi madre.

- Vamos cariño, ¿No quieres saber como le hice eso a tu amiguito?

- Claro, pero dile a tus ratas que se alejen, esto es cosa nuestra.

- Como quieras.

Hace un movimiento con la mano y nos encapsula a ella y a mi en una especie de cúpula hecha de raíces de árbol.

- Habla.

- Primero quiero lo que es mío.

- ¿Y cómo quieres que te lo devuelva?

- Dándome tu vida obvio.

- Lástima, ahora es mío y no dejaré que me lo arrebates.

- No te pongas agresiva, solo quiero hablar.

- ¿Cómo le hiciste eso en la espalda a Ciaran?

- Ok, al grano. ¿Te acuerdas ese viaje hace años dónde me fui a otra ciudad por temas de trabajo?

- Si, tenia unos 10 años.

- Bien, pues adivina, no me fuí de viaje. Vine a poner control sobre esos perros.

- ¿Control?

- Ese chico -señala a Ciaran- tenía una manada, solo que... Se la arrebaté. En esos momentos yo tenia problemas con otros de los nuestros y nos declararon la guerra, vine a por ayuda de sus padres pero no aceptaron, así que los maté, usé tanta energia que ya no pude hacer lo mismo con él, así que que lo castigué con esas venas negras tan bonitas que tiene en la espalda.

- ¿Y qué daño le causan?

- Es algo así como una maldición. Me ayudaron un par de antiguos brujos, esas venas son como veneno para él, cuanto más se extienden más débil se va haciendo hasta el punto dónde no pueda aguantar más y muera.
- Me explica con una sonrisa satisfecha.

Cada palabra me cae como un balde de agua fría.

- ¿Qué paso con su manada?

- También los maté, uno por uno delante de sus ojos.

- ¿Cómo eres capaz?

- Aish hija, te dejas llevar mucho por el corazón, yo en cambio maté a lo que no me servia.

- ¿Y eso qué tiene que ver conmigo? ¿ Porque está tan empeñado en matarnos?

- La única manera de romper la maldición es matando a quién la impuso y sus herederos y a los hijos de los herederos y así succesivamente.

- Eso explica todo.

- Y por eso tú como buena hija tendrias que darme tu poder para que yo pueda protegerme de él cariño.

- ¿Si según tu solo tengo una pequeña parte de tu poder,porque te empeñas tanto en conseguirla?

- A veces esa pequeña parte hace la diferencia.

- Eres un monstruo.

- Sólo ves las cosas de manera equivocada.

- No te daré nada, eres una maldita asesina sin corazón.

Se harta y envuelve una raíz al rededor de mi cuello impidiendo que pase el aire.

- Si no me lo das por la buenas, me lo darás por las malas.

No, no puedo dejar que me mate. Hora de intentar hacer algo.

Cierro los ojos.

Veo cómo ella también se le dificulta respirar. Ante la sensación aprieta mas mi agarre en el cuello dejándome la vista borrosa.