Capitulo 20

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Mini maratón 3/3

CIARAN

- Ugh, como duele.

- Ya falta poco.

Andrew me está curando la herida de mi costado que me provocó Maryse. Odio que precisamente sus heridas tarden más en sanar. Pero no debo decírselo a Gaia o se preocuparía.

- Hecho, solo intenta no hacer demasiada fuerza durante un par de horas y estarás bien.

Asiento y me dirijo arriba.

Abro la puerta de nuestra habitación y la encuentro descansando. Luce tan frágil así, pero las apariencias engañan, parece frágil pero es totalmente letal la asquerosa esta.

Me la quedo mirando y ella se remueve un poco.

- Deja de mirarme Don Anillitos.
- Murmura medio dormida.

- No te estaba mirando.

- Claro.

Asquerosa, eso es lo que es. Asquerosa por saber perfectamente lo que me irrita. Por ejemplo que me lleven la contraria.

- ¿No quieres bajar a comer?

- Mm.

Perezosa.

De repente oímos un fuerte estruendo abajo.

Ella abre los ojos y se incorpora medio desorientada. Me mira y se pone alerta.

- Dime que sabes que ha sido eso.

- Yo no miento.

Bajamos poco a poco y oímos un grito, es Andrew.

- ¡Ciaran! ¡Vete tu y la chica! ¡Rápido!

- ¿Que está pasando ahí abajo?
- Pregunto a media escalera.

- ¡Ni se os ocurra bajar!

Dicho esto veo como Gaia pasa por mi lado. Bien, si la señora quiere ir a ver iremos a ver

GAIA

No puedo estar tranquila oyendo todos esos gritos abajo así que decido bajar.

Por parte de Ciaran solo me mira con su habitual cara de fastidio y me sigue.

Una vez abajo veo a dos seguidores de mi madre y a Andrew. Pero esta vez están batallando con magia.

Un humo azul eléctrico casi me da en la cara si no fuera porque Ciaran me ha puesto detrás de él.

- Ni se te ocurra exponerte.

-Ay mi buen amigo, no sabes como es ella. Soy su conciencia y la conozco perfectamente.

Salgo de las espaldas del pelinegro y encaro con un Andrew agotado luchando contra dos chicas. Todos usan magia.

Una de ellas me visualiza y me da una sonrisa escalofriante.

- Pero mira a quién tenemos aquí.

Siento como Ciaran se pone detrás de mi y gruñe.

Aprovecho el momento y uso también mi magia, elevo el viento y hago que sus cuerpos se levanten y atraviesen el gran ventanal mientras avanzo en su dirección.

Una se incorpora rápidamente y se gira en mi dirección.

- Estás perdida, mataste a nuestra reina. Ahora pagarás por ello.

- Vuestra reina se puede ir a freír espárragos.

- ¡Como osas decir tal cosa de la reina!

- Así como lo oyes.

La Última LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora