Capitulo 25

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Andrew se ha ido.

Pero he de mantener la calma, mantener la mente y el corazón frío. Ya tendré tiempo para llorarle.

Me levanto y le hablo al aire.

- Lo salvaremos Andrew, lo salvaremos.

Recibo un fuerte golpe en la rodilla haciendo que caiga sobre ellas. Alguien me coje por el pelo haciendo que levante la cara y visualizo a Ciaran ahora en su forma humana.

Su aspecto apesta.

Tiene la piel más pálida con ojeras moradas decorando sus negros ojos tan vacíos, también logro notar como se le dificulta cada vez más respirar y pierde la fuerza, sacude la cabeza de vez en cuando como si intentara deshacerse de algo.

Me pasa el pulgar por el resto de una lágrima que se me ha escapado antes, con una expresión de hielo.

Lo miro a los ojos ante la acción, aún no está perdido totalmente, puedo recuperarlo.

Me recorre el cuerpo con la mirada y dibuja una sonrisa algo siniestra.

- Debo matarte.

- Lo sé.

- Pero eres preciosa.

- También lo sé.

- Y veo que el ego lo tienes por las nubes.

- Lo aprendí de alguien muy interesante.

Me suelta del pelo y me incorpora mientras me coje esta vez por el cuello dando una leve presión.

- Quiero partirte en dos.

- Uhm.

- Pero también quiero besarte.

- Ya veo, que dilema.

- Me frustra tu humor.

- A mi me encanta.

Da una leve sonrisa por un segundo pero de un momento para el otro vuelve a endurecer las facciones.

Esta vez comienza a hacer fuerza de verdad y ya es hora de defenderme.

El cosquilleo y las venas doradas vuelven, le paro los pasos con tierra, lo voy enterrando poco a poco hasta llegar a la rodilla dónde queda innmovilizado de rodillas para bajo. Después le doy un inesperado puñetazo en la cara que hace soltarme.

- Lo siento pero si no lo hacia me matarías.

- Libérame.

- Muy pronto Don Anillitos, muy pronto.

Visualizo el campo de batalla y todos están lanzandose ya sea hechizos hasta rocas o ardillas volando por los aires. Me paro en Asher dónde una señora lo está cojiendo de tal manera por el cuello que es cuestión de milímetros que se lo rompa. Corro hasta él todo lo rápido que puedo, él me mira a los ojos y me freno en seco cuando oígo su cuello crujir sonoramente, seguidamente se desploma en el suelo.

El aire no me llega a los pulmones y me llevo las manos a la boca mientras tiemblo, no, mi hermano no, ni siquiera puedo apartar la vista del cuerpo innerte de mi hermano, no lloro, no hago nada, solo niego con la cabeza, estoy totalmente en shock. Ese chico que me ha ofrecido su hombro para llorar tantas veces, el que se ha quedado despierto hasta altas horas de la mañana consolándome, el que se burlaba de mis pantalones de minions, el que me preparaba esa rica sopita de letras. Se ha ido, él tambien se ha ido.

Siento unos brazos rodearme por detrás.

- Vámonos Gaia, nos van a matar, ya no hay animales y ellos... Se han ido.
- Me dice Nuriel mientras intenta arrastrarme.

La Última LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora