Capítulo 22: AQUI ESTOY

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Y cuando estaba a medio paso de caer
Mis silencios se encontraron con tu voz...


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La tarde había llegado. El sol poco a poco comenzaba a ocultarse.

En otras circunstancias diría que era una tarde perfecta, el cielo estaba teñido de colores anaranjado, purpura, azul.

Caminaba por las calles de la ciudad, casi no había gente, solo unas cuantas personas.

Seguí caminando y caminando sin saber a dónde, cuando me dí cuenta, estaba parada a lado de una carretera solitaria, a los lados había enormes árboles llenos de hojas verdes que en conjunto formaban un bosque.

La primavera estaba llegando así que por doquier se podía apreciar radiantes colores, en el cielo, en el pasto y en los robles de gran tamaño.

Me encontraba a las afueras de la ciudad, no supe como fue que llegué hasta allí, los pensamientos suicidas que llegaban a mi mente me impedían pensar con claridad.

Miré todo a mi alrededor, podría decir que todo era tan lindo, al lado del camino pude divisar un pequeño sendero cubierto de hojas secas.
Comencé a caminar por ahí, el silencio reinaba en aquel lugar, solamente se oían mis pasos y alguno que otro sonido.

Cuanto más me iba adentrando al bosque mas oscuro se volvía, los enormes árboles impedían que pasaran los rayos del sol.

Cuando estuve en lo más profundo, una sensación de miedo recorrió todo mi cuerpo, con mi vista recorrí todo el lugar tratando de buscar como salir de ahí. Estaba perdida. El sendero había llegado a su fin.

<¿qué hago? ¿Cómo salgo de aquí?>

Comenzaba a desesperarme al notar que no había salida.
Caminé de un lado a otro, la ansiedad se hizo presente en mi, comencé a temblar de miedo.

Me senté en el suelo, apoyé mi cabeza en mis rodillas y empecé a llorar.

Todo a mi alrededor estaba en un profundo silencio, solo mi llanto se escuchaba.

En medio de aquel silencio escuché una voz que dijo:

— ¡mira!

Levanté mi vista pensando que quizás alguien me había encontrado, pero ahí no había nadie, de pronto pude divisar la salida al bosque. Estaba asombrada, hace un momento no había ningun camino para salir y ahora frente a mis ojos estaba aquel sendero.

Con el dorso de mi mano limpié mis lágrimas, me levanté del suelo y comencé a caminar y logré salir hasta el otro lado del bosque.

Quedé asombrada al ver aquel bello panorama frente a mi.

Un pequeño campo lleno de flores de vivos y brillantes colores. El sol estaba dando sus últimos rayos, y poco a poco se iba ocultando.

Caminé por todo aquel sitio, admirando la belleza de la naturaleza. Caminé más allá del campo y pude ver lo que había.
Era un acantilado, abajo el inmenso océano azul, y alrededor de el sobresalían enormes y pequeñas rocas, Las olas golpeaban ferozmente sobre ellas.

¿QUIÉN SOY?   [LIBRO #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora