Capítulo 32: GUERRA

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Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.

Efesios 6: 12

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1 año después...

Ya había pasado un año desde que decidí seguir a Cristo y aceptarlo en mi corazón.

Es increíble como el tiempo transcurre tan deprisa.

En el transcurso de ese año había estado asistiendo a la iglesia constantemente y cada vez aprendía más y más sobre Dios.

En el colegio me iba de maravilla, con la ayuda de Dios había podido sacar excelentes calificaciones. Cursaba el segundo año de la preparatoria.
Un año más y estaba fuera.

Hania dejó de molestarme, bueno aveces lo hacía pero yo ya no le daba tanta importancia, aunque debo admitir que en ocasiones si me duele lo que me dice y la forma en la que me trata, pero estoy orando por ella y se que Dios puede obrar en su vida.

La relación con mis padres mejoró aún más, aveces salimos los fines de semana a acampar o a visitar diversos lugares. Íbamos juntos a la iglesia, existía confianza y armonía.

Mi abuelo Tomás se mudó a una casa cerca de la nuestra y por las tardes nos visitaba, comíamos juntos, reíamos y contaba anécdotas de cuando mamá era una niña.

Al parecer todo iba bien...salvo por algo que me sucedía.

Yo ya creía en Dios y lo había aceptado, pero en ocasiones aún me sentía mal, me sentía sola, me sentía inferior a los demás y sentía que no valía nada.

Aún apesar de que Dios ya me había demostrado su amor yo todavía en distintas ocasiones sentía así.

E incluso dos o tres veces nuevamente volvi a cortarme, aún tengo las cicatrices en mi antebrazo.

Platiqué con Dan y me confesó que él aveces también se sentía así. Así que juntos decidimos buscar ayuda.

— ¡tomen asiento chicos! — dijo el pastor.

Los dos nos sentamos a la mesa quedando de frente al pastor.
Isaac, un nombre bíblico ¿cierto? Pues ese era el nombre de aquel siervo de Dios.

Comenzamos a contarle todo lo que nos sucedía y como nos sentíamos cada quien.

El pastor se quedó por varios minutos en silencio como meditando y reflexionado en lo que habíamos hablado.
Después de eso nos hizo una pregunta:

— ¿saben lo que es la guerra espiritual?

Dan asintió con la cabeza, yo también aunque en ese momento no me acordaba de lo que era exactamente.

Isaac continuó diciendo:

A lo largo de nuestra vida constantemente nos encontrábamos en batallas del bien contra el mal, Dios contra Satanas.
Debido a que toma lugar en el ámbito espiritual y no en el físico, puede ser fácil de ignorar, pero el resultado de cada pelea puede tener consecuencias eternas.

¿QUIÉN SOY?   [LIBRO #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora