Capítulo 24: EL BRILLO DEL SOL

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Tú serás mi sol
Alumbraras lo más oscuro de mi vida
Resplandeceras dentro de mi corazón...
Tu luz me guiará en la oscuridad

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Una semana después...

Hace varios días me dieron de alta en el hospital. Estoy en proceso de recuperación pero estoy feliz por que al fin luego de tanto tiempo de tormenta pude ver el brillo del sol.

Estoy maravillada por la forma en la que Dios me mostró su grande amor.

Antes de que Dan llegara a verme en el hospital, yo ya había despertado y tuve una hermosa experiencia.

Estaba acostada en la camilla, abrí mis ojos y a mi lado estaba sentado un hombre con vestiduras blancas, al principio creí que se trataba de algún doctor pero luego me di cuenta de que no era así.

— ¿Quién eres? — le pregunté

— ¿Quién eres tu? — me devolvió la pregunta.

— Soy Alin — respondí

— te pregunte ¿quién eres? — dijo con una voz suave llena de amor — no ¿cómo te llamas?

— Yo...no se....no se quien soy — bajé la mirada

— puedo ayudarte a encontrar tu identidad...Tan solo cree en mi...y en mi infinito amor por ti — fue lo último que dijo antes de desaparecer.

Comencé a llorar. De pronto sentí como si alguien me estuviera abrazando y en mi mente se repetían aquellas palabras:

<Tan solo cree en mi>

Abrí mi corazón y dejé entrar a Jesús.

— Perdoname por todo, ya no quiero seguir viviendo igual, quiero que me cambies y que tu perfecta paz inunde todo mi ser.
Te acepto Jesucristo como mi único y suficiente Salvador.

Aquel momento quedó profundamente grabado en mi mente como una hermosa experiencia.

— ¡Alin! ¡ven a comer cariño!

— ¡Ya voy Mamá!

Salí de mi habitación y me diriji al comedor.
Mis padres ya estaban ahí sentados, me senté frente a la mesa y después de que oraramos por los alimentos comenzamos a comer.

Desde que volví del hospital todo en mi hogar mejoró. Hubo una reconciliación entre mis padres y yo y se restauró la confianza y el amor.

Mis papás también aceptaron a Jesús en su corazón, y hace unos días Comenzamos a asistir a la iglesia, orabamos juntos cada mañana al despertar y cada noche al descansar.

Todo era tan feliz, después de años y años al fin pude tener el amor de mis padres.

— ¿Amor que tienes? — preguntó mi madre en cuanto notó que Papá se había quedado pensando.

— Nada...— respondió — solo pensaba ¿qué hubiera pasado si nos divorciaramos?

— No pienses en eso Alejandro, Gracias a Dios por no haberlo permitido...

¿QUIÉN SOY?   [LIBRO #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora