Emma se despertó a media mañana encontrándose sola en la cama. No pudo evitar que una sonrisa naciese en su cara al recordar la pasada noche en compañía de esa preciosa rubia. Al levantarse vio un trozo de papel caer al suelo, lo recogió perezosamente y se encontró una nota.
Dormías tan apaciblemente que me dio pena despertarte, tengo trabajo pero si deseas repetir solo tienes que llamarme. Estaría encantada de volver a verte. Lisa.
Ella soltó una carcajada pues ni siquiera le había preguntado su nombre durante toda la noche, se limitó a devorarla y a disfrutarla durante toda la noche. Emma se levantó y tras darse una ducha se dirigió al restaurante para tomarse algo de desayunar antes de ir a buscar a Mary Margaret para ir de compras. Sabía que se arrepentiría de haberle prometido ir pero después de tanto tiempo separadas tuvo que aceptar.
Emma pidió un taxi y se dirigió hacia la casa de la morena, nada más bajar del taxi se encontró con que Mary ya la esperaba en la puerta.
-¿Vamos en taxi?- Preguntó entonces ella.
-Vayamos en mi coche.- Dijo la morena.
Emma pagó al taxista dándole una buena propina lo que hizo que el hombre se fuese bastante contento. La rubia acompañó a la morena al aparcamiento subterráneo que tenía el bloque de edificios y cogió el coche de su amiga. Emma tuvo que jubilar su escarabajo amarillo después de dejarla tirada varias veces.
-¿Dónde vamos?- Preguntó Emma que salía del aparcamiento.
-Al centro.- Contestó Mary colocándose el cinturón de seguridad.
-Guay, por cierto... ¿David esta libre esta tarde?- Preguntó ella.
Mary Margaret se había tomado el día libre en la universidad. Al no estar en periodo de clases, pues estaban en verano, no tenía tanta obligación de asistir a la universidad y podía tomarse algunas mañanas libres siempre y cuando cumpliera con sus obligaciones. Por su parte David debía de trabajar durante toda la semana pues no podía dejar demasiado tiempo solo el bufete y mucho menos cuando tenía tantos casos entre manos.
-Creo que sí. ¿Por qué? –Preguntó Mary Margaret con curiosidad.
-¿Celosa?- Preguntó Emma en tono de broma.
-De cualquier otra mujer en el mundo quizás, de ti... no.- Soltó una carcajada.
-En realidad es que me gustaría que me acompañase a ver algunos coches, no puedo desplazarme en taxi toda la vida.- Explicó Emma.
-Si quieres te puedo dejar este, yo lo uso muy poco y no me importa prestártelo.- Aseguró Mary.
-Lo sé, y te lo agradezco pero aun así necesito comprarme uno.- Sentenció Emma que buscaba aparcamiento.
-Perfecto pero mientras que lo encuentras puedes quedártelo.- Mary Margaret casi no conducía, realmente no le gustaba demasiado hacerlo.
-Vale, muchas gracias.- Contestó Emma que la miró con una sonrisa.
-¿Cuánto tienes el próximo concierto?- Preguntó para cambiar el tema.
-El fin de semana, por suerte Gus me ha podido librar un poco la agenda durante esta semana para conseguir asentarme un poco y descansar.- Comentó la rubia.
-¿Dónde es?- preguntó con curiosidad.
-Tengo concretado al menos seis más en el teatro de Boston.- Explicó Emma con una sonrisa.- Después tengo algunos más pero por los alrededores, no tengo planeado ningún viaje largo, al menos hasta dentro de tres meses.- Dijo notando un suspiro de alegría por parte de la morena.
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Juego de Seducción
FanfictionEmma Swan y Regina Mills son dos mujeres con una vida completamente diferente que comenzarán un juego de seducción donde no habrá una ganadora. A veces jugar con fuego es inevitable.