-¿Es....es...?- Emma no era capaz de decir una sola palabra más.
-Regina Mills.- Soltó Mary Margaret muy sorprendida por verla.
-La embajadora.- Espetó Emma que aún seguía alucinando.
-En realidad ya no lo es, dimitió unos meses después de tu marcha.- Aseguró entonces Mary Margaret.
-¿Qué hará en esta tienda?- Preguntó Emma que se había colocado de tal manera que la morena no pudiese verla.
-No lo sé.- Aseguró Mary Margaret mirando hacía la otra mujer.
En ese momento Regina señaló un carrito que había en una de las estanterías para después sonreír y acariciar su ligeramente abultada barriga. Emma se quedó blanca, hacía cinco años que no veía a esa mujer y su cuerpo seguía reaccionando como si fuera ayer.
-¿Emma?- Preguntó Mary Margaret preocupada por la palidez de su amiga.
-¿Esta... está embarazada?- Murmuró demostrando todo su desconcierto en esa frase.
-Emma, han pasado cinco años, es normal que haya rehecho su vida.- Dijo entonces la morena abrazando a su amiga que seguía con su mirada fija en la mujer que compraba ajena la presencia de la rubia.
-Ya...bueno... da igual.- Espetó separándose de Mary Margaret para dirigirse a la salida.
Mary Margaret sabía que ver a Regina le había afectado y aún más verla embarazada. La rubia intentó ocultar su desconcierto aunque sin demasiado éxito. Aunque intentaba prestarle atención a su amiga tan solo conseguía pensar en la morena y en lo que había sido de ella en esos cincos años que no se habían visto.
Emma tenía que aceptar que durante los primeros meses estuvo bastante molesta por todo lo sucedido en el hotel y después de eso aunque dejo de ser una obsesión había pensado más de lo que le gustaría en esa mujer.
-Emma, cariño, si quieres nos marchamos ya.- Dijo entonces Mary Margaret.
-No no, podemos seguir con las compras.- Contestó Emma volviendo en sí.
-Llevas más de media hora completamente perdida en tus pensamientos.- Aseguró la morena pasando su mano por el hombro de la rubia en un intento de reconfortarla.
-Simplemente me ha sorprendido pero no es nada.- Soltó Emma sonriendo ligeramente.
-Vamos a esa tienda y cuando salgamos volvemos a casa.- Dijo entonces la morena comprensivamente.
-Está bien.- Contestó Emma.
Las dos se dirigieron a esa tienda que tanto gustaba a Mary Margaret y entraron para que la morena se probase varios atuendos diferentes. Emma se dedicaba a mirarla y a sonreír por las ocurrencias que tenía su amiga.
-¿Te gusta?- Preguntó cogiendo un bonito traje de chaqueta azul marino.
-Es muy bonito pero no es tu estilo.- Comentó Emma que se había sentado en el sillón que había enfrente de los probadores.
-Es para ti, tonta.- Espetó entonces la mujer.
-No estoy de humor para probarme nada.- Contestó la rubia suavemente.
-No te lo pruebes, es tu talla y estoy segura de que te estará genial.- Dijo Mary Margaret colocándolo en el montón que se iba a llevar.
El móvil de la morena sonó en las manos de Emma y esta se lo iba a entregar cuando Mary le pidió que leyese el mensaje en voz alta para saber que era. Emma sonrió y obedeció, era un mensaje de David donde le preguntaba si almorzarían juntos.
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Juego de Seducción
FanficEmma Swan y Regina Mills son dos mujeres con una vida completamente diferente que comenzarán un juego de seducción donde no habrá una ganadora. A veces jugar con fuego es inevitable.