Capítulo 3

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Emma se marchó de la caravana con una extraña sensación, sabía que conocía a esa mujer pero no llevaba a enlazar de dónde. Para intentar reducir el nerviosismo y la frustración que le provocaba esa incertidumbre se puso a trabajar, realmente estaba cansada de todos los comentarios y miradas que le lanzaban algunos de sus compañeros de trabajo por lo que se pasaba más tiempo peleando que haciendo otra cosa.

Al terminar la jornada laboral se marchó a casa, necesitaba descansar su cuerpo estaba resentido y le dolían todos los músculos. Al entrar se encontró que su compañera de piso había decidido hacer limpieza compulsivamente y estaba todo desordenado.

-¿Mary?- La llamó una vez que había dejado la pequeña mochila en la entrada.

-En la cocina.- Gritó está muy nerviosa.

-¿Qué tienes?- Preguntó pero al entrar se quedó sin palabras. Todos los platos, vasos, tenedores y cachivaches de la cocina estaban desparramados por la pequeña encimera. - ¿Qué haces?- Preguntó Emma llenándose un vaso de agua.

-Limpio.- Contestó sin mirarla.

-Pues para un momento que me estas mareando.- Habló Emma después de beber el vaso lleno.- ¿Qué te ha pasado?- Llevaban varios años de convivencia y sabía que cuando su compañera estaba así era porque algo le había pasado.

-Me han despedido.- Soltó sin pensarlo demasiado.

-¿Por qué?- Preguntó Emma que también empezaba a ponerse nerviosa y a estar más preocupada.

-Porque las cosas no iban bien en la tienda.- Mary de dejó caer sobre uno de los taburetes.- ¿Qué voy a hacer? ¿Cómo voy a pagar el alquiler? ¿Y la universidad?- Se preguntó más a si misma que a Emma.

-Tranquila, buscaremos una solución. Aún quedan más de 20 días para tener que pagar el alquiler.- Aseguró Emma.- Deja que me dé una ducha y vemos una película para que te relajes un poco.- Soltó viendo que iba toda sudada y no podía abrazar a su amiga.- Prepara esas magdalenas tan ricas para esta noche.

Emma conocía muy bien a Mary y sabía que la cocina conseguía distraerla y hacer que no pensase en nada que no fuese lo que estaba cocinando. La rubia se duchó y se cambió rápidamente para llegar a la cocina y darse cuenta de que su amiga lo tenía todo casi listo.

-Vamos al salón, seguro que mañana encontramos una solución pero hoy vamos a hacer maratón de The Walking Dead.- Dijo Emma mostrando entusiasmo por las dos.

-Sabes que oído esa serie.- Soltó entonces Mary.

-Sabes que eso es mentira, que luego la que siempre quiere ver un capítulo más eres tú.- La pinchó Emma pues aunque Mary lo negase sabía que eso era verdad.- ¿Palomitas?- Preguntó aunque ya sabía la respuesta.

-¿Qué te ha pasado?- Preguntó Mary que no se había fijado en la herida del labio.

-Una pelea, nada nuevo.- Dijo Emma haciendo las palomitas.

-¿Quién te ha curado?-Pregunto la morena.

-Una tal Regina, no tengo ni idea de quién es.- Contestó Emma intentando ocultar su interés por esa mujer.

-¿Te ha gustado?- Preguntó entonces Mary cogiendo el tazón y dirigiéndose hacia el salón.

-Esta buena.- Aseguró entonces Emma.- Algo estirada...-Añadió dejándose caer a su lado.

-¿Cómo es?- Preguntó ella con curiosidad mientras que Emma buscaba los nuevos capítulos de la serie para verlos.

-Morena, algo más baja que yo aunque con unos taconazos impresionantes, muy elegante y con unas piernas que no tienen fin.- Soltó Emma que se había imaginado a la morena.- Corrijo, está muy buena.- Terminó entonces la rubia.

-No es para nada tu estilo.- Dijo entonces la morena.

-Estoy de acuerdo.- Soltó entonces Emma poniendo la serie en la televisión.

-¿Te quieres liar con ella?- Preguntó aunque sabía muy bien la respuesta.- Vale no quiero saberlo.

Mary Margaret le tendió el tazón de palomitas a Emma y ambas se pusieron a ver la serie entre bromas y sustos, Mary no dejaba de ser una mujer asustadiza. Tras ver tres capítulos ambas mujeres estaban agotadas así que se fueron a dormir.

Emma fue la que se levantó más temprano y tras dejarle un pequeño desayuno, que incluía las deliciosas magdalenas de Mary, y una nota de ánimo a su compañera para después salir en dirección a su trabajo. A pesar de haber dormido sumamente mal sabía que no debía llegar tarde para no hacer enfadar a Leroy con quién no se llevaba demasiado bien.

-Buenos días.- Dijo la rubia al llegar a su puesto.

-A descargar el camión, Swan.- Gritó el hombre sin hacerle el menor caso.

-Buenos días, Emma. ¿Qué tal estas? Muy bien gracias.- Dijo ella en tono bajo y refunfuño al escuchar a su jefe gritarle.

Emma se dirigió al camión donde se encontraba los materiales que debía descargar y allí se encontró con varios de sus compañeros a punto de empezar a trabajar. La rubia se acercó a ellos y tan sólo uno se acercó a saludarla.

-¿Cómo estas rubia?- Preguntó el joven hombre abrazando cariñosamente a la mujer.

-Gus, bájame me vas a marear.- Soltó Emma dándole unos cariñosos golpes sobre sus brazos.- Estoy bien, ¿y tú?- le preguntó una vez que sus pies volvieron al suelo.

-Bien, también.- Dijo entonces Gus con una gran sonrisa en su cara. – A trabajar.- Gritó el hombre.

-No sé cómo puedes ser tan jodidamente positivo.- Soltó Emma mientras se acercaba para empezar a cargar los sacos.

Después de más de media hora de ir y venir cargada de sacos, Swan se dejó caer sobre una de las banquetas que había debajo de un gran árbol. Su camiseta estaba completamente empapada en sudor y marcaba perfectamente todo su cuerpo. Antes de darle un sorbo a su botella de agua contemplo a la bella morena bajar de su increíble coche.

Emma se quedó un poco embobada, su mirada se alternaba entre la mujer y el coche, en ese momento no sabía cuál de las dos cosas la impresionaba más. Al ver que Regina giraba la cabeza y la miraba fijamente Emma comenzó a beber agua dejando que algunas gotas cayesen por su cuello haciendo que la morena no pudiese dejar de mirarla. Una sonrisa triunfante nació en los labios de la rubia que provoco que la morena se girase y se marchase en dirección a la caravana donde estaba Graham.

¿Os ha gustado?

Cómo habréis podido notar las actualizaciones son menos continuas y esto es debido a que estoy teniendo unas semanas muy complicadas y no me da tiempo ni a escribir ni a actualizar. Espero aun así que me tengáis paciencia y que os sigan gustando mis historias. 

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