Capítulo [11]

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VIERNES ── 9 DE MAYO, 2008 


—¡Na-na-mi! —tres aplausos—, ¡Na-na-mi! —tres aplausos más—, ¡Na-na-mi!

La susodicha contorneó con su dedo índice su nariz, indecisa. 

—¿Eso debería considerarse apoyo moral? —preguntó Senju observando como Kyomi seguía haciéndole porras a su mejor amiga.

—¡Por supuesto! —exclamó indignada, deteniendo su actuar.

Nanami sonrió: —Supongo que gracias.

—Malagradecida. —rodó los ojos con falsa molestia la pelinegra.

Como el apoyo moral de Kyomi no funcionó, Senju intervino.

—Nanami —llamó su atención—, Shinichiro no te rechazaría incluso si estuviera internado en el hospital, se escaparía solo para salir a almorzar contigo. —trató de tranquilizarla.

La teñida se había propuesto invitar a almorzar a Shinichiro, el plan era fácil: ir a buscarlo a la tienda y proponérselo. Muy fácil en realidad, si no fuera por el miedo a que la rechazara.

Senju —con la que habían empezado a relacionarse más— junto a Kyomi la habían apoyado y ofrecido ir a dejar hasta la tienda, pero unos metros antes de llegar a ésta a Nanami la atacaron los nervios y sus pies se pegaron al suelo.

Y ahí se había quedado, con sus dos amigas tratando de que se moviera.

—Vamos, Nanami —continuó la pelinegra—, si tienes suerte quizá ahora te toca la mano. —se burló de manera descarada, haciendo que Senju soltara una pequeña risita y Nanami le dedicara una mala mirada, aguantando la sonrisa que igual quería surgir en sus labios.

—O mejor, el tobillo. —le siguió el juego la ojiverde.

—Me alegra ver que se llevan bien. —soltó sarcástica la teñida.

—¡Oye! Estamos hablando en serio —siguió burlándose Kyomi, que se calló cuando una idea llegó a su cabeza y sus ojos parecieron iluminarse—. ¡Tengo una idea! Apostemos.

—¿Apostar qué? —preguntó confusa Nanami por el cambio de tema.

—Hoy es viernes, ¿no?, podríamos apostar una ronda de bebidas y así aprovechamos de juntarnos las cuatro. —propuso Kyomi.

—Pero ¿Con qué apostamos? —preguntó Senju.

 —Con el cómo termina el almuerzo —respondió con obviedad—, yo digo que termina sin beso ni contacto física.

—¿No habías dicho hace poco que tenía una oportunidad? —preguntó Nanami con ambas cejas levantadas.

—Apuesto por lo mismo. —se unió Senju con diversión.

Ambas se centraron en Nanami, quien con la lengua contorneaba el interior de sus dientes.

—Lo estás haciendo a propósito, ¿cierto? —se dirigió a la pelinegra.

—¿Aceptas o no? 

—Por supuesto que sí. 

Nanami, con fuerzas renovadas, se despidió de sus amigas con un movimiento de mano y siguió su camino hacia el local que se divisaba cerca; mientras caminaba trató de actuar con naturalidad, animándose con la idea de que por fin vería a Shinichiro después de casi una semana hablando solo por llamadas y mensajes de texto.

Al estar frente a la tienda logró ver por los grandes ventanales como adentro había más gente de lo que había esperado, exactamente unos cinco hombres contando a Shinichiro, quien estaba en el centro del grupo sentado frente a una motocicleta. 

THE CHILL PILL; s. shinichiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora