Capítulo [29]

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SÁBADO ── 19 DE JULIO, 2008


Las últimas semanas habían sido... inquietantes.

Desde el accidente en el balneario, Nanami había reducido todas sus salidas a ser solo del taller/universidad y universidad/taller. Ya no salían a recorrer las tiendas ni pasar a comer algo, y siempre que Shinichiro ofrecía algunas de las opciones ella lo rechazaba de una manera que no le permitía insistir.

Hasta el mismísimo Chifuyu se había presentado en el taller con la intención de sacar a su hermana de las cuatros paredes en donde se pasaba todo el día encerrada, pero solo había logrado que Nanami lo echara.

Shinichiro estaba preocupado, en realidad, él tenía más de una preocupación rondando por su cabeza, pero durante los últimos días había destacado todo lo relacionado con Nanami.

Sabía que las últimas semanas de los trimestres eran las más estresantes del año, aunque él no conocía el sentimiento por carne propia, creía entenderlo. Sin embargo, para Nanami esas semanas parecían pegarle más duro.

En sí no encontraba saludable el enfermizo horario de estudio de ella, aunque él se lo comentara ella lo ignoraba, y como él evitaba las discusiones no insistía; pero todo tenía su límite, y cuando dejó de comer ella lo cruzó.

Dejaron de desayunar juntos, él supuso que ella comería en la universidad, pero gracias a Senju se enteró que además de no llegar a desayunar empezaba a saltarse el almuerzo más seguido.

Como solución Shinichiro se había aprendido su horario y durante cada receso para el almuerzo él le iba a dejar algo o mandaba a alguno a hacerlo. Después, cuando ella llegaba en las tardes, él se aseguraba de que ella comiera. Mientras Nanami hacía lo que fuera que tenía que hacer, él estaba a su lado dándole la comida en la boca. 

También, durante la semana, Nanami había empezado a llegar más tarde por culpa de sus trabajos grupales en los cuales al parecer era más común discutir que llegar a un punto en común, lo que tenía a la teñida a la defensiva la mayor parte del tiempo.

Por si todo lo anterior fuera poco, más de una vez había visto a Nanami llorando mientras escribía un ensayo o trataba de dibujar algo. 

Shinichiro estaba agradecido de nunca haber ido a la universidad.

Los días pasaron con ese nuevo estilo y el trimestre estaba por fin por acabar. A Nanami solo le quedaban sus últimas dos evaluaciones: un trabajo que estaba por terminar y una evaluación para la cual debía repasar.

Como los fines de semana anteriores, Chifuyu apareció en la tienda con Baji a la siga.

—Buenas tardes. —dio un saludo en general Shinichiro, sonriendo desde el otro lado del mostrador.

Chifuyu casi pareció corresponderle la sonrisa, pero al instante la borró; en cambio Baji agitó su mano en el aire y le correspondió el saludo, de paso saludando a Inupi que estaba arreglando una motocicleta del otro lado.

—¿Tratarás de nuevo? —preguntó descansado su barbilla sobre la palma de su mano, observándolo acercarse.

A veces le impresionaba lo parecido que eran Nanami y Chifuyu.

—La esperanza es lo último que se pierde. —se justificó el rubio parándose frente a él.

—Está en la habitación. —respondió.

Chifuyu asintió de manera lenta, preparándose mentalmente. Exhaló y empezó a caminar hacia el pasillo, desapareciendo por él y quedando Baji junto a Shinichiro.

THE CHILL PILL; s. shinichiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora