Capítulo [34]

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VIERNES ── 1 DE AGOSTO, 2008


Los días anteriores Nanami había estado desanimada, el enterarse que la persona en la que alguna vez confió y quién había sido su pareja por meses la había fichado logró herirla profundamente.

Si fuera por ella no iría a la fiesta de cumpleaños de Shinichiro, no tenía ánimos para nada, pero se sentía obligada en ir. Sabía que ninguna excusa le serviría para poder evitarlo ni tampoco quería arruinarle su día a él. Esa era la única razón por la que Nanami estaba en ese instante en la pieza de Emma arreglándose para ir al lugar donde sería la celebración.

Shinichiro llevaba los últimos días estresado y paranoico, por lo que tal vez la fiesta serviría para relajarlo, aunque ella no iba a negar que le parecía atrevido por parte de ellos hacer una fiesta en medio de un intento de negociaciones.

Ella no entendía mucho sobre las negociaciones, para empezar, ni siquiera había creído que todo sería tan formal como pedir una fecha de encuentro. Si algo entendía era que la única razón por la que no iban de manera directa contra la pandilla de Shuji era porque nadie sabía dónde demonios se escondían.

Al parecer tener algún encuentro con Shuji era más complicado de lo que se podría imaginar... para cualquiera que no fuera Nanami y su suerte.

La teñida se giró hacia sus amigas después de haber analizado en el reflejo del espejo cómo le quedaba el vestido.

—¡Whoa! ¡Te queda precioso! —dijo emocionada Emma, quien ya estaba lista con su vestido y solo ayudaba a Senju con el maquillaje.

—A mí igual me gusta, pero me sobra de trasero. —hizo notar Nanami señalando la parte donde la tela se arrugaba por falta de relleno.

—Ni se nota. —le aseguró Senju con solo un ojo listo.

—Me probaré el otro, si no me queda bien iré con este. —declaró caminando hacia la silla donde estaban todas sus opciones de vestido. 

Se cambió por el único que no se había probado mientras Emma seguía con su trabajo en una inquieta Senju.

Su última opción era un vestido de satín negro, el cual se podía ajustar al cuerpo por unos cordones laterales. El vestido era corto, terminaba más cerca de su trasero que de sus rodillas, pero a ella no le incomodaba.

Antes de poder modelárselo a sus amigas un grito llamó la atención de las tres dentro de la habitación.

Nanami, la más cercana a la puerta, la abrió descubriendo que les estaban gritando desde la sala.

—¿Qué? —exclamó devuelta.

—¿Cuánto les falta? —preguntó Shinichiro.

—Me sigo probando los vestidos. 

—¿Qué? Pero si llegamos hace más de una hora...

Claramente Nanami no le iba a decir que el trío se había quedado conversando en vez de prepararse para la fiesta.

—Pero todavía ninguno me convence... ¡Y también falta Senju!

—Bueno, las seguiremos esperando. 

Escuchó una bulla de reclamos que hicieron reír a Nanami, pero tanto ella como Shinichiro las ignoraron. 

Entró a la habitación donde sus amigas le ayudaron a ajustar el vestido y terminó convenciéndose por ese. Ella se maquilló de manera natural y rápida, se colocó los tacos que Emma le había prestado y luego de media hora salieron de la habitación.

THE CHILL PILL; s. shinichiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora