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Alan

Quería castigarla con unos cuantos azotes y dejar su culito rojo, pero decidí quitarle los peluches para que aprenda que si se porta mal no tendrá ningún tipo de diversión. Tras una breve charla en su habitación decidí irme ya a la cama.

No sé cuánto tiempo paso, pero oí por el monitor para bebes que Sara estaba llorando, primero pensé que era por el castigo, pero al darme cuenta que no para y escuchaba arcadas, fui rápidamente a su habitación.

-¿Qué te pasa bebe?- dije alarmado

-Me..me duele mucho la..la barriga – dijo llorando.

-Vamos bebe – la subí en brazos – intenta tranquilizarte vamos a ir al hospital.

Mientras bajaba las escaleras, llamaba a Francisco mi chofer personal desde hace cuatro años para que nos llevara a el Hospital Clínic i Provincial, el hospital más prestigioso de la ciudad. En el trayecto, acunaba a Sara en mis brazos, me estaba preocupando cada vez más, ya que le hablaba i no me respondía, parecía que estuviera en una especie de limbo.

Al llegar al hospital, los médicos ya estaban preparados con una camilla en la entrada, baje y la coloque suavemente sobre esta, para avanzar por los pasillos casi desiertos.

-La joven presenta inflamación en la vía respiratoria dificultando la respiración, también tiene hinchazón en el estómago inferior – Señor Alan, díganos a que ha pasado para que nosotros podamos aplicar un tratamiento u otro.

-No lo sé, todo iba bien,.... – dije pasándome con frustración la mano por el pelo.

-Señor, ¿puede ser que haya comido algo en mal estado o algo a lo que es alérgica?

Mierda tal vez Sara me estaba diciendo la verdad.

- Creo que es alérgica al queso y hoy a cenado puré de verduras con queso.

-De acuerdo; chicos hacerle un lavado de estómago, una intubación intubación y un análisis de la sangre para saber si es alérgica a algo más – inmediatamente los médicos se la llevaron a una sala – lo siento señor Alan, pero no puede entrar , solo el personal autorizado.

-De acuerdo – gruñí entre dientes.

Tras las tres horas más desesperantes de mi vida, una enfermera vino a la sala de espera y me dijo que ya podía entrar a ver Sara. Rápidamente fui a la habitación que me indicaron, al abrir la puerta vi a mi princesa durmiendo plácidamente, supongo que era debido a la anestesia, estaba pálida y tenía los ojos rojos.

Me acerque sigilosamente a ella con miedo de despertarla y me senté en un sillón próximo a la camilla, comencé a acariciarle el pelo suavemente mientras admiraba su belleza hasta que me quede dormido.

-Daddy – oí en un susurro.

Me levanto rápidamente hacia ella y comencé a abrazarla y repartir besos por toda la cara desesperadamente

- Bebe no sabes que susto me has dado – y volví a repartir besos por su carita.

-Jjajaja Daddy me haces cosquillas.

-Como estas bebe, te duele algo, quieres algo, dos segundos que llamo al doctor para que venga.

-Vale Daddy – me acerque y le di un beso rápido en los labios para salir rápidamente de la habitación.

Fui a la consulta del Dr. González Ruíz, el mejor medico de este hospital y de la ciudad.

-Hola Sara, soy el Dr. González y a partir de ahora voy a ser tu doctor, dime , ¿Cómo te sientes?

-Me siento mucho mejor, pero me noto la garganta seca – dijo con la voz ronca.

-Tranquila eso es normal, ahora te daremos un vaso de agua – la enfermera que acompaña al Dr., le tendió el vaso a mi princesa , casi tirándoselo encima, le di una mirada reprobatoria a la enfermera esa y ella me guiño un ojo.

-Ejemm, a ver Sara, descubrimos que lo que te paso fue debido a que consumiste un alimento al que eres alérgica, concretamente al queso, por eso decidimos hacerte un examen clínico para averiguar si eras alérgica a algo más...

Mierda, mi bebe me estaba diciendo la verdad y yo no la creí, me sentía un jodido imbécil.

-Sara hemos podido detectar que eres alérgica a las almendras y a el Belachan, que es un líquido que se usa para fermentar el queso, así que si quieres tomar leche no abra ningún problema, también hemos descubierto que tienes signos de anemia debido a que un largo periodo de tiempo no consumiste los nutrientes necesarios, para la anemia te vamos a dar una vitaminas junta una tabla de alimentos para mejorar tu salud, por otra parte te vamos a dar unas inyecciones que tienes que llevar a todas partes por si consumes sin darte cuenta algo a lo que eres alérgica; he de decir que has tenido mucha suerte, un poco más y se te habría cerrado las vías respiratorias, provocándote la muerte por asfixia.

Menos mal que coloque el monitor para bebes en su habitación al quitar los peluches, porque a lo mejor en estos momentos mi querida princesa, lo que más amo y apreció en este momento, no estaría viva en este preciso instante.

-Bueno i eso es todo, si necesitan algo estaré en ,mi despacho, si no es así podéis iros, los medicamentos estarán preparados en recepción – me dio un apretón de manos y salió de la habitación mientras que la enfermera le quitaba la intravenosa a mi bebe.

-Ahh – chillo mi princesa cuando la enfermera saco de un tirón la aguja enterrada en su piel.

-No te quejes niña – dijo la enfermerucha pasando un trozo de algodón sin ningún cuidado para limpiar la sangre que salía del pinchazo.

-Un poco de cuidado – dije con voz autoritaria hacia la enfermera.

-I que me va hacer si no lo hago – dijo caminando hacia mi mordiéndose el labio.

-Voy hacer que la despidan y que no la contraten en ningún hospital, así que no me provoque y salga de la habitación.

Ella rápidamente salió de la habitación y me dirigí hasta donde estaba mi pequeña-

-Me alegro que se haya ido, no me caía bien.

-Estas celosa bebe..

-No, no lo estoy – dijo mirando para otro lado.

-Si lo estás bebe – dije tomando su barbilla en mi dirección - ¿y sabes qué?

-¿Qué?

-Que me justa que estés celosita – dije dándole un beso en la nariz – por cierto bebe, podrías perdonar a Daddy por ser un tonto y no creerte – le pregunte agachando la cabeza y haciendo un puchero para darle pena.

Ella coloco sus pequeñitas manos a cada lado de mi cara y la levanto – claro que te perdono Daddy – dijo dando me un beso en los labios, le correspondí y nos separamos por falta de aire, joder era un beso inocente, pero mi amigo se estaba comenzando a ponerse duro.

-Vamos bebe, voy a vestirte y luego iremos a casa – cogí su ropa que esta encima de la mesilla y comencé a vestirla, tendré que agradecerle a Francisco que volviera a casa a por ropa, ya qu no me hubiera gustado ver como algún imbécil mirara el precioso cuerpo de MI bebe.

Por fin llegamos a casa; me senté en el sofá con Sara ya que quería hablar con ella sobre introducir el biberón o el chupete, ya que sabía que respecto al pañal, aún era demasiado pronto .


Holaaaa, ¿qué tallll? Espero que os haya gustado así que porfi votar y comentar ; 3

YES DADDYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora