CAPÍTULO 47: SOY TU.....

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—No me creas un tonto. Sé que eres humano. Las balas pueden dañarte, pero... ¿eso impediría mi plan?— La figura levantó el revólver, apuntando directamente hacia Izuku. Su voz estaba cargada de una mezcla de desafío y frialdad. —Es obvio que no. No voy a dispararte. No tengo ni la más mínima intención de hacerlo. Solo no quiero que te muevas, y... para eso es el arma—. Cambió la dirección del arma, apuntándosela a sí mismo. Su mano temblaba ligeramente mientras activaba el martillo del revólver, su expresión se tornaba cada vez más desesperada. —No te muevas. Solo espera...

Izuku, inmóvil, lo observaba con una mezcla de confusión y preocupación.

—¿Qué es lo que quieres, Himitsu? ¿Por qué haces esto?— preguntó, su voz grave resonando en el entorno silencioso.

—¿Te acuerdas de la clase de héroes de hoy?— preguntó Himitsu, su voz cargada de una mezcla de resentimiento y frialdad. Izuku asintió lentamente. —Bueno, ¿recuerdas que te ataqué con una daga un poco gruesa?— continuó Himitsu, recibiendo otro asentimiento de Izuku. —Esa daga era un extractor de sangre. Con ella, obtuve tu ADN...

—¿Para qué quieres saber eso?— preguntó Izuku, su voz temblando de nerviosismo mientras observaba a su alumno con una mezcla de preocupación y confusión.

—Bueno... verás— comenzó Himitsu, su voz cargada de una mezcla de resentimiento y frialdad. —Hace aproximadamente 16 años, mi madre copuló con alguien, con... un héroe. Ella no pudo reconocer a aquel héroe, solo dijo que él estaba pasando por una leve depresión... Nueve meses después, nací. Mi infancia no fue nada agradable: hambrunas por aquí y por allá, problemas de salud por doquier, violencia intrafamiliar entre mi madre y varios padrastros. Y cuando traté de averiguar quién había sido mi progenitor... ¡casi me matan!— gritaba con una ansiedad palpable, su voz temblando de rabia. Las manos de Himitsu temblaban mientras mantenía un firme agarre en el gatillo, sin dejar de presionar. —¡Solo repetía lo malagradecido que era! ¡Incluso dijo que era mejor haberme abortado cuando lo supo! ¡Siempre le di asco!— Su ira no cesaba, estallando en un resentimiento que parecía consumirlo. Sin pensar en las consecuencias, sus impulsos más primitivos lo llevaban a morderse los labios, dejando que la sangre brotara mientras se descontrolaba.

Izuku, preocupado, trató de mantenerse inmóvil, pero el aumento de violencia le hizo temer por su vida.

—¡Te dije que no te movieras!— gritó Himitsu, cambiando el punto de mira del arma de la cabeza a un hombro. Sin dudar, activó el martillo, causando una explosión que voló parte de su hombro—¡Esto tú lo provocaste! ¡Asesino!— rugió Himitsu, su furia desatada, sin mostrar ninguna intención de detenerse.

—Está bien, no me moveré...— respondió Izuku con un temblor en la voz.

Himitsu, con el rostro demacrado y los ojos enrojecidos, miraba hacia la derecha como si tratara de escapar de sus propios pensamientos. Su voz quebró mientras hablaba, llena de un dolor crudo y palpable.

—Solo escucha...— empezó, su tono cargado de desolación —Toda mi vida he soportado la violencia de mi madre y de mis padrastros. Pensaba... pensaba que...— hizo una pausa, sus palabras arrastradas por una tristeza profunda —que mi padre vendría a salvarme. Como siempre salva a todos, con esa sonrisa que nunca se borraba de su rostro. Siempre esperé, con una esperanza que ya no queda— dejó caer el cuchillo, su expresión endureciéndose por la frustración y el resentimiento —Lo único que quiero saber... es si el imbécil que esperé durante años...— sus palabras se entrecortaron por la intensidad de sus emociones —eres tú.

Himitsu se detuvo, su rostro contorsionado en un torbellino de ira y desesperanza. Las lágrimas caían libremente por sus mejillas, mezcladas con la sangre que emanaba de sus labios mordidos con fuerza. El dolor de toda una vida de abandono y traición se reflejaba en su voz rota, y el cuchillo que había sostenido con furia ahora yacía inerte en el suelo, mientras su cuerpo temblaba con la intensidad de su sufrimiento.

IZUKU EL MAESTRO (PAUSADA TEMPORALMENTE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora