CAPÍTULO 65: GREAT EXPLOTION MURDER DINAMIGHT

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El ambiente estaba tenso, casi palpable. El centro comercial vacío no era solo un escenario, sino un campo de batalla psicológico. La presencia dominante de Great Explosion Murder God Dinamigth en la planta alta era abrumadora. Desde su posición, su postura era casual, despreocupada, pero irradiaba una confianza que erosionaba la seguridad de sus oponentes. Su pierna descansaba sobre un tacho de basura mientras su mirada se clavaba en los dos héroes, que apenas habían entrado.

Ikari y Kyodaina sintieron un escalofrío recorrerles la espalda. A medida que sus ojos se encontraban con la sonrisa burlona de Dinamigth, esa confianza que intentaban mantener se resquebrajaba poco a poco. El villano no necesitaba moverse; la simple vista de él los aplastaba con la presión de un depredador que sabe que tiene el control total.

Un aplauso resonó en el vacío. Dinamigth, aplaudiendo lentamente, con la intención clara de burlarse de ellos, mostraba una tranquilidad que los inquietaba aún más. No había ni un rastro de duda en su comportamiento. Él sabía que era el cazador en esa situación. A lo lejos, el sonido de las escaleras mecánicas detenidas parecía un eco que marcaba la diferencia de poder entre ambos bandos.

Ikari sintió cómo sus músculos se tensaban. Cada segundo bajo esa mirada se sentía interminable, cada gesto de Dinamigth era una provocación calculada. El héroe villano permanecía inmóvil, sin apresurarse, disfrutando del momento como un gato juega con su presa antes del golpe final. Era como si la espera fuera parte de su estrategia, socavando las mentes de los héroes antes de que siquiera comenzara la verdadera lucha.

El sudor corría por la frente de Kyodaina, que intentaba contener su agitación, mientras las emociones crecían. Dinamigth había conseguido lo que quería: no necesitaba levantar un dedo para sembrar el pánico en sus corazones. Cada movimiento calculado, desde la sonrisa hasta el aplauso, estaba diseñado para desmoralizarlos antes de que la batalla comenzara.

Katsuki, en su papel de Great Explosion Murder God Dinamigth, dejó de aplaudir lentamente mientras una sonrisa cínica aún permanecía en su rostro. El ambiente estaba cargado de tensión, su mirada desafiante parecía atravesar a sus oponentes.

—Bravo... bravo, héroes...— dijo, sus palabras llenas de sarcasmo y arrogancia. El eco de su voz resonaba en el centro comercial vacío mientras observaba a Ikari y Kyodaina desde la parte superior de las escaleras mecánicas.

Desde la cabina de cámaras, Izuku observaba cada movimiento con asombro. Su amigo estaba completamente metido en el rol, actuando con una fluidez impresionante.

—Sin duda... hice bien en elegir a Bakugou como villano... Es realmente bueno— susurró, una sonrisa de satisfacción dibujándose en su rostro mientras seguía el espectáculo.

En la planta baja, Ikari y Kyodaina permanecían inmóviles, paralizados tanto por la figura dominante de Bakugou como por el peso de la atmósfera que había creado. La arrogancia y confianza que emanaba el villano era aplastante, y ambos héroes se encontraban expectantes, tratando de descifrar sus intenciones, sin atreverse a dar el primer paso. Sabían que cualquier movimiento en falso podría ser su perdición.

El juego psicológico de Bakugou era perfecto, y lo sabía.

—¿Qué pasa, héroes...? ¿Están asustados?— su voz resonó en el ambiente, retumbando con burla y desafío.

Ambos practicantes, Ikari y Kyodaina, dieron un paso atrás instintivamente, como si el simple hecho de estar en presencia de Bakugou los aplastara con su actitud dominante y su aura amenazante. El ambiente se tensaba con cada segundo que pasaba.

De repente, vapor comenzó a emanar del cuerpo de Katsuki, incrementando la sensación de peligro. La sonrisa cínica del rubio se hizo aún más pronunciada mientras pequeñas gotas de sudor empezaban a deslizarse desde su frente.

—Oh no...— murmuró Ikari, con los ojos abiertos de par en par.

Su compañero lo miró, nervioso y confundido. —¿Qué pasa? ¿Por qué dijiste eso?— preguntó con un nudo en la garganta.

Ikari tragó saliva antes de responder. —El traje de Dinamigth... tiene 5 modos de ataque...— explicó, tratando de mantener la calma. —Modo polar, donde enfría su cuerpo a niveles negativos. No lo usa mucho. Luego, modo invierno, en el que mantiene su temperatura entre 3°C y 10°C. Después está el modo desactivado, sin ninguna función activa, seguido del modo tropical, donde alcanza los 30°C... Y por último...— hizo una pausa, respirando profundamente antes de soltar la verdad que los aterrorizaba.

—El modo infernus... dependiendo de las circunstancias, puede superar los 31°C... y más...— Kyodaina abrió los ojos, sorprendido y asustado ante lo que podría venir.

—¿El... siquiera puede soportar ese calor?— preguntó Kyodaina con incredulidad, mientras una sonrisa nerviosa comenzaba a aparecer en su rostro.

—La mayoría de las peleas en las que usa ese modo... no duran más de 10 segundos,— respondió Ikari, con la voz temblando. —No se conoce su límite...— La tensión era palpable entre los dos jóvenes. Sabían que estaban enfrentando al segundo héroe más poderoso de Japón, y la presión de la situación era abrumadora.

Katsuki comenzó a caminar lentamente hacia ellos, con una confianza aplastante que irradiaba por cada paso. No tenía intención de ser indulgente. Sabía que la victoria era suya, pero lo que más le interesaba era ver cuánto podrían resistir los practicantes en un enfrentamiento directo.

—Se supone que el deber de un héroe es servir y proteger...— comenzó, mientras su sonrisa cínica se desvanecía, dando paso a una expresión llena de furia. —Pero ustedes... se quedan paralizados por el miedo. Ya podría haberlos matado a ustedes y a todos los civiles de este lugar...— su voz se alzó cada vez más. —¡¿Qué esperan?!— Les gritó, su rostro enrojecido de ira. —¿Esperan que los ataque? ¿Qué sucedería si mi Quirk fuera como el de Shigaraki... o el de Overhaul? ¡Estarían muertos, maldita sea!—

Los jóvenes, sorprendidos por su arrebato, reaccionaron finalmente. Katsuki continuó gritando con un tono desafiante y furioso:

—¡Muevan el culo!—

Desde la cabina de cámaras, Izuku observaba atentamente cada movimiento de Katsuki, casi absorto en la escena que se desarrollaba ante sus ojos. Mientras los practicantes parecían congelarse por el temor, él no podía evitar sentirse asombrado por la actuación de su amigo.

—Kacchan siempre ha sido así— pensó Izuku, con una leve sonrisa. —Nunca toma nada a la ligera, incluso si está fingiendo ser un villano. Es una manera cruda de enseñarles a esos chicos, pero en el fondo... está preparando a la próxima generación para lo peor—

La mezcla de respeto y preocupación llenaba la mente de Izuku. Sabía que no todos entenderían el enfoque despiadado de Katsuki, pero había una razón detrás de todo. Katsuki estaba demostrando algo crucial: que el verdadero peligro no vendría con advertencias ni oportunidades para reaccionar, sino de golpe, como una explosión inesperada. Y cualquier héroe que dudara o vacilara en esos momentos... simplemente no sobreviviría.

—Incluso si sus métodos parecen extremos, es lo que se necesita en este mundo lleno de caos y enemigos poderosos. Kacchan lo sabe, y lo está mostrando a su manera— reflexionaba Izuku mientras veía cómo la tensión entre Katsuki y los practicantes se intensificaba aún más.

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Gracias por leer

Iba a seguir escribiendo, pero tres cosas....

Alta paja....

Si la sigo la cago y este final me convence

Y por último, tengo ganas de dibujar

Chaaooo  (・。・)┘

IZUKU EL MAESTRO (PAUSADA TEMPORALMENTE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora