7. Lo que se esconde entre las nubes.

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El sol matutino se asoma por los valles y montañas, el comienzo de un nuevo día se alza. Jack despierta dando un gran bostezo. De repente se agita y se da cuenta que se encuentra acostado en una cómoda cama. Una vez más llego a creer que todo era una larga pesadilla solamente, justo como había pensado el día anterior cuando volvió a mirar muy de cerca a través del cristal los enormes ojos color miel de la giganta Inma (No eran negros como creía haberlos visto).

Volviendo a la realidad, lo último que recuerda es haber sido tomado por la niña y esta lo mantuvo entre sus brazos toda la noche. Los últimos dos días Jack había sido manipulado por las manos de Inma, lanzado al aire, obligado a usar vestidos, recibiendo alguna que otra burla por eso ultimo y otras cosas (Como su tamaño) y a actuar para ella, bajo la amenaza de ser comido de no obedecer (Ella no había vuelto a tocar ese tema, pero esa única amenaza fue suficiente para que Jack no se arriesgara a contradecirla).

"Cuando me habrá puesto aquí" Como sea, agradecía no haber sido aplanado como masa de pan y que Inma no fuese de las que roncaran. Y hablando de ella, la "Pequeña" no se encuentra presente. "No esta, bien. Justo como pensé, es ahora" Jack se dirige al cuarto de baño. Llena una tina con el agua que Inma le había dejado, lo suficiente como para un baño completo.

El chico era de esas personas que siempre estaban impecables todo el tiempo. La higiene no era un asunto muy cotidiano para los vecinos en La Concordia y Jack siempre procuraba andar los más limpio posible. Era su costumbre, costumbre que heredó de su padre e inculcada en su persona por su madre y que era causa de burlas por parte de otros chicos en su villa.


En una ocasión Jack se paseaba por la plaza en su rato libre cuando un grupito de muchachos gamberros que pasaban el rato en una esquina al lado de una taberna lo comenzaron a fastidiar.

–Mira Manolete, miren todos, es el perfumado– dijo el líder del grupito.

–¿A dónde vas Don estirado? ¿Iras a ver a la reina? – pregunto un flacucho narizón de cabello castaño.

La gente ahí presente volteaba a ver y Jack solo se quedó parado un rato sin decir nada hasta que de pronto volteo a verlos y pego ambas manos a sus mejillas y puso cara de asombro –Ohh no te lo puedo creer ¡ES INCREIBLEE!

Los muchachos estaban confundidos por el actuar de Jack. El más grande y gordo de ellos le cuestionó.

–¿De qué estás hablando tonto? ¿Qué no puedes creer?

Jack grito a los cuatro vientos –¡¡Escuchad todos, los puercos están hablando, falta poco para que empiecen a volar!! – dice señalando al grupito de bravucones.

Las personas se sueltan de la risa y los chicos se enfurecen.

–¿Ah sí? ¡¡Ya verás estúpido!!

Estos persiguieron a Jack por unos metros hasta que lo alcanzaron y termino en una pelea en la cual tuvo que intervenir el Comandante Silva para detenerla antes de que saliera de control. Jack se llevó sus golpes, pero no dejo ilesos a esos buscapleitos. Lo único que le preocupaba era el informe que el señor Silva le daría a su madre.


Jack ríe al recordar eso. El muchacho termina su baño "Por fin me siento fresco". Se pone una camisa y pantalones blancos de algodón, una de las dos mudas de ropa que empaco en su bolso. Básicamente su pijama. Estaba por lavar su traje rojo cuando Inma irrumpe en la habitación.

–¡¡Buenos días a todos!! Flipp, Mary, Neera ... Hombrecito. Pero ¿Qué ha pasado?

–Oh buenos días, solo me bañe. Tenía rato que no lo hacía, más exacto desde que llegue aquí (desde que me trajeron contra mi voluntad).

Gigantic: The Storm's Eye.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora