Gigantic: The Storm's Eye.

10. La princesa de las nubes.

Dragones, elfos, unicornios, pegasos, trolls, duendes y otras criaturas que se podrían considerar de un mundo fantástico. Una cosa era imaginar las posibilidades y creer que quizás sí podrían ser reales. Ese libro como el suyo podría ser escritos por alguien que quería hacerles creer a todo que esos seres existen, cosa de algún charlatán. Pero ese enorme libro había sido escrito por la mano de un habitante de ese mundo, con datos exactos de cada cosa que se veía ahí.

Si al subir ese tallo y ver por primera vez a los gigantes su perspectiva de todo había cambiado, ahora sabía que nada sería imposible. Sería posible que mucho de los cuentos y fabulas que de niño escucho fueran historias verdaderas. Todo apunta a que había hecho el descubrimiento más grande de la vida. El tallo de frijoles e Inma eran solo el comienzo de algo más grande por ver.

–Esto es inverosímil. Es ... es como volver al oscurantismo. Adiós al razonamiento realista. Pero esto no es como ver una fábula, esto es de verdad.

Comprobar que tanto era verdad, separar los mitos de la realidad. El chico explorador esperaba encontrar cosas más apegados a su realidad, como países distantes con gente de costumbres extrañas, pero todo dentro de los parámetros de lo creíble. Había descubierto más de lo esperado y lo fantástico en una realidad donde lo mágico comenzaba a ser cada vez menos creíble.

Jack compara el contenido de ese gran libro con el suyo. La letra en principio es incomprensible, de un idioma desconocido, pero conforme avanza en la lectura algunas palabras se hacen más entendible. Incluso algunos fragmentos son curiosamente en idiomas que puede alcanzar a comprender. De por si era curioso que Inma y los demás gigantes hablaran en su idioma.

En un párrafo se lee

Dragones: Criaturas escamosas de gran poder, la mayoría alados. Poseen en su corazón el fuego de mil soles el cual escupen a voluntad. Sienten gran atracción por el oro y piedras preciosas. Guardianes de tesoros en sí y recelosos recolectores. Depredadores alfas en lo absoluto.

El dibujo de un dragón echado sobre un montón de monedas de oro adorna el lado izquierdo del párrafo. De su nariz salía humo y su fiera expresión denotaba el recelo con el que protegía su posesión.

Jack sigue mirando el contenido. Dibujos y más texto que describen a esa y otras criaturas fantásticas. El chico se siente como un niño después de tanto tiempo, viendo con asombro todo eso, su curiosidad infantil se había despertado de nuevo, no se sentía así desde el momento de escalar el tallo. Mientras Inma y Petra lo observaban, atraídas por la curiosidad con que Jack revisa cada página.

–¡Increíble! Miren, dice que los unicornios si son atraídos por el canto de una doncella. Y esto, Wow, los trolls no caben bajo los puentes, son enormes, oh ya, ¿Ellos cambian de tamaño? Vaya, debo anotar eso en mi libro ¡¿No es esto increíble?!

–Si, lo se Jack, ahhh lo sé– dice Inma satisfecha, sintiéndose realizada al haber impresionado a Jack. El joven mueve página tras página hasta llegar a algo de su interés.

–Aquí hablan de ustedes, los gigantes– dice Jack.

Inma lo ve –Si, la verdad no he visto esa parte ¿Leerías algo que dice quién y cómo eres?

–Mmm tal vez, así que le echare un vistazo si me lo permites.

Inma no aguanta la curiosidad y se acuesta en la cama sosteniéndose con los codos, poniéndose detrás de Jack, pero teniendo la cabeza por encima de esta para poder ver también el libro –Bueno, veamos...esto es cierto, esto no...aquí exagera, claro que no hacemos esto y...nuestros pies no dejan huellas del tamaño de un lago ¿Quién escribió eso? No parece obra de uno de los nuestros.