Gigantic: The Storm's Eye.

9. Petra.

La veloz sombra había puesto en alerta a ambos. Inma veía a todos lados, Jack hace lo mismo. Un ave andaba en la cercanía, tal vez se habría marchado. Creyeron que así era cuando un ruido los puso de nuevo en alerta. Esa enorme silueta le pudo pertenecer a un ave de presa o a algo peor (Un dragón llego a imaginarse Jack) "Nah...eso espero"

Entonces el joven le dice a Inma –No debe ser nada, pero por cualquier cosa, ve a buscar algo para ahuyentarlo. Si aparece aquí yo lo distraeré aquí– El chico parecía muy confiado.

–Pero Jack ¿Estás seguro? Podría ser peligroso– dice muy preocupada.

–Descuida, yo estoy armado– responde el valiente joven desenvainado la espada. –Es más, tu revisa del lado derecho, yo me quedare aquí.

–Está bien– responde la princesa, se preocupaba por Jack, pero confiaba en su valor. Aunque como decía el chico, podría no ser nada. Inma se va y Jack apunta su espada en varias direcciones. El ave podría aparecer en cualquier lado, ave que podría ser un gran águila o halcón. Lo que fuera, Jack estaba preparado.

–Sal de donde quiera que estés, pájaro CO COOO COOCOOK ... okey eso no funcionara.

Un ave gigante no era algo que él tuviera que temer. Todo era muy grande en esa tierra y Jack tuvo que aprender a perder el miedo. El chico apunta con su espada a todas direcciones. Había comenzado a portarla desde hace ya unos días para estar preparado ante cualquier cosa del entorno. Su poco, pero valioso conocimiento sobre el manejo de espada le era más útil ahí que abajo en su tierra natal y ya había enfrentado algunas amenazas.

En una ocasión se encontraba en el comedor viendo a Inma preparar el almuerzo. La niña estaba decidida a impresionar a Jack y recibir sus halagos, cuando de pronto cinco ratas entraron a la cocina. Ratas: Jack había escuchado sobre una horrible época donde estos animales invadieron Europa, todos creyeron en ese entonces que sería el fin del mundo. La niña al verlos tomo una escoba y comenzó a ahuyentarlos, pero los roedores pusieron toda su atención en Jack así que subieron a la mesa y rodearon al muchacho.

En ese momento Inma creyó que Jack estaba perdido, no lograría a tiempo a salvarlo. Pero ese día el chico traía su espada, así que cuando las ratas lo atacaron Jack hizo gala de su poca, pero efectiva habilidad de espadachín, logrando herir a dos de esos animales, a una en la panza y otra en el cuello. Los otros tres se lanzaron sobre el humano, pero recibieron un golpe de escoba en el aire, cortesía de Inma. La rata más grande y presunto líder quiso darle un último ataque queriéndolo morder del brazo, pero el diminuto espadachín ágilmente logro hacerse a un lado y le corto la cola a su agresor. La rata salió chillando y las demás lo siguieron. Inma las correteaba con la escoba hasta sacarlas de la casa.

Jack limpio su espada y la enfundo. Se veía tan orgulloso y con aire de triunfador, pero en su interior su corazón palpitaba muy fuerte y sentía que su espíritu se le saldría en cualquier momento. Su sencilla destreza lo había salvado y afortunadamente Inma estaba presente, no lo habría logrado sin ella.

–¿Estas bien, Jack? – pregunta Inma preocupada.

–Estoy bien ¡Te lo había dicho no! – dice Jack tratando de verse valiente –¡¡Yo soy Jack el intrépido!! ¡Mi espada cortara a todo el que se meta en mi camino y con quien se meta en el tuyo...! – el orgulloso joven no terminaría de alardear porque de pronto se vio rodeado por los inmensos brazos de la joven princesa.

–¡Tonto! No tienes que hacerte el valiente conmigo. Sé que lo eres. Pero creí que morirías– le dice preocupada.

Jack suspiró profundamente –Tienes razón ¡Casi muero! Pero tengo que estar listo para lo que sea. Para todo lo que hay aquí.