viaje a Colombia

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Pov Poche

Ya nos encontrábamos en Colombia, específicamente en Bogotá. Calle y yo fuimos a visitar a la mamá de Cataleya, tal cual  lo había planteado, les juro que se me partió el alma cuando vi a la mamá de Cataleya, ver sus ojos apagados por la tristeza y su semblante que reflejaba dolor, me hizo sentir una punzada en el corazón. Logré platicar con ella por unos minutos, le di el pésame y le prometí que mientras yo esté nunca le iba a faltar nada, ella me agradeció por tan noble gesto y también por haber hecho feliz a su hija en el momento determinado que estuve con ella.

Calle y yo nos fuimos de la casa de la mamá de Cataleya, mi corazón estaba latiendo demasiado rápido, ¿Por qué?, La respuesta es fácil, es porque después de vario tiempo ¡Al fin! Iré a ver a mi papá y a Vale, se llegó el momento que siempre anhele desde que estaba en prisión.

Calle, estacionó el auto, juro que podía escuchar los latidos de mi corazón, las palmas de mis manos estaban sudando, cuando salí del auto suspiré profundo, Calle se colocó a mi lado y me sonrió.

—¡Tranquila, mi amor!, Ya verás que todo estará bien, yo estoy contigo—ella me dijo dándome la paz que necesitaba.

—¡Gracias!—Le sonreí y caminamos hacia la entrada.

Como olvidar esta casa, este vecindario, todas las veces que anduve en bici acá, cuando salía a jugar fútbol con mis amiguitos o a jugar a las escondidas, si de niños hubiéramos sabido lo difícil que es ser un adulto, jamás hubiéramos anhelado crecer.

Toque la puerta de mi casa, espere unos segundos y no había respuesta, lo hice nuevamente y tampoco, pero cuando iba a intentar la última vez, la puerta se abrió dejándome ver a mi padre.

—Poche…

El me dijo con sus ojos abiertos como platos, el trato de gestionar alguna palabra, pero me daba cuenta que no podía.

—Papá, ¿Quien es?, Si es Lu, dile que no la voy a perdonar hasta que me traiga galletas.

Al escuchar esa voz una sonrisa se formó en mi rostro, me sentía muy emocionada.

—¡Papá!…¿Qué pasa…?

Vale llegó al lado de mi padre y cuando me vio se tiró a mis brazos sin dudarlo.

—¡Poche eres tú! ¡Al fin estás en casa!—Vale me abrazó con fuerza, sentí como las lágrimas empezaban a resbalarse por mis mejillas, sentía muchas ganas de llorar, pero el llanto era de felicidad, pensé que jamás iba a volver a ver a mi hermanita, la última vez que la vi era apenas una niña de 12 años y ahora ya es todo una señorita de 17 años, han pasado 5 años desde que la vi a ella y a mi padre.

—Pero pasa hija y tú también—dijo refiriéndose a Calle—no se queden todas ahí—Mi papá nos invitó a pasar.

Cuando entramos a mi antigua casa sonreí ante los recuerdos que llegaron a mi mente,  recordé cada cena familiar, cuando mamá y papá jugaban con nosotros y veíamos muchas películas, extraño esa etapa de mi vida.

—Papá antes de empezar a darte explicaciones necesito presentarte al amor de mi vida—mire a Calle como borrego a medio morir—te presentó a mi novia, Daniela Calle.

Calle sonrió y apretó la mano de mi papá cómo saludo.

—¡Es un gusto conocerlo señor!—Calle le dijo de forma educada.

Mi papá le sonrió a Calle y le dio un cálido abrazo.

—¡El gusto es mío!, Mi nombre es Juan Carlos, se escucha mejor que señor—mi papá bromeó— me alegra saber que mi hija conoció verdaderamente el amor—mi papá le dijo a Calle haciéndola sonrojar.

—Y ella—Le dije a Calle viendo a Vale—Ella es mi hermosa hermana, Valentina—Le presente a mi hermanita menor.

Vale miró a Calle analizandola, me preocupaba que Vale no dijera nada, después de unos segundos Vale le sonrió a Calle y la abrazo.

—¡Oh por Dios! ¡Eres tan linda y me encanta tu cabello! ¿Que acondicionador usas? ¿Pantene?—Vale le dijo a Calle cuando se separaron del abrazo.

—Tambien me da gusto conocerte Vale y ahora que desempaque te mostraré porque el nombre es en francés—Calle le respondió a Vale con una enorme sonrisa.

Les juro que nadie me quitaba la sonrisa de idiota que tenía en este momento al ver que las dos mujeres de mi vida se han conocido.

Mi papá nos invitó almorzar, estuvimos platicando sobre cosas simples, no queríamos tocar el tema más delicado en la mesa, así que cuando terminamos de almorzar, salimos al jardín de mi casa para poder platicar todos de una forma más tranquila.

—Papá…Vale, si estoy aquí es para poder decirles ¡Al fin!, Que estoy libre, se comprobó mi inocencia, yo jamás tuve nada que ver con el narcotráfico y mucho menos con el Lion—empece hablar, ellos me miraban atentos, yo tenía la mano de Calle entre las mías, jugaba con sus dedos para poder controlar mis nervios y ansiedad—Calle, es un agente del FBI—les dije y ambos vieron con asombro a Calle quien se ruborizó por la forma en la que la vieron—gracias a ella es que salí libre, juntas cumplimos la misión de atrapar al Lion, no fue nada sencillo, casi muero en el intento—mi papá me vio con preocupación al igual que Vale—pero gracias a Dios no pasó, no entraré en detalles, porque creo que no es sano recordar esa parte de mi vida que ya dejé en el pasado, pero si quiero decirles que decidí empezar a construir un nuevo futuro, parte de eso es poder perdonarlos, perdonar que jamás me visitaron en la cárcel y me refiero más a ti papá, perdonar que no creyeron en mi inocencia cuando entre sollozos les dije que era inocente, quiero sanar esa herida que fue abierta y poder vivir feliz junto a la mujer que amo—Les dije mientras sentía un nudo en la garganta.

Mi papá se levantó y  se agachó a la altura de donde yo estaba sentada, tomó mis manos y me vio directamente a los ojos, en sus ojos pude notar una profunda tristeza.

—¡Perdóname, hija!, No sabes cuando me arrepiento por haberte dejado sola cuando más me necesitaste, le prometí a tu madre cuidar de ustedes siempre y no lo cumplí, no te defendí, no te protegí…¡Por favor, perdóname!—Él me dijo con los ojos llorosos, sabía que este momento era difícil, pero ya no tenía nada que perdonar, es mi padre y me alegra haberlo recuperado a él y a mi hermanita.

No le dije nada y únicamente lo abracé, con ese abrazo le demostraba mi cariño sincero y por supuesto que lo malo había quedado en el pasado.

Vale y Calle se unieron al abrazo, está era mi familia, saben lo feliz que me hace todo esto, así que no pude contener más las lágrimas mientras estábamos todos unidos en el abrazo.

Después de un rato, todos nos mantuvimos en la sala viendo una película de acción, no podía dejar de reír cada vez que algo pasaba y Calle apretaba mi brazo con fuerza, Calle era muy nerviosa, así que en cada escena de acción ella gritaba o derrepente me mordía, está demás decir que Calle se llevó muy bien con mi papá y con Vale, con decirles que hasta la consienten más a ella que a mí, Calle tenía ganas de comer pizza y mi papá ordenó pizza, Calle quería palomitas y mi papá rápidamente las preparo en el microondas.

En fin me alegra poder estar con mi princesita, acá acostada en mi pecho mientras nuestras manos estarán entrelazadas, mi papá y Vale nos ven con dulzura, en este momento me siento en mi verdadero hogar.

Después de un buen rato viendo películas y conversando y otras veces bromeando, decidí ir con Calle para mostrarle mi habitación, pero Vale nos quiso acompañar, se llevó tan bien con Calle que no quiere dejarla en ningún momento y la verdad es que la comprendo porque a mí me pasa lo mismo, no puedo vivir sin Calle.

¡Hola, bebés!

Hoy es domingo y por lo tanto hay actualización.

Solo quedan 2 capítulos 😮

Debo confesarles que me ha estado costando escribir, porque la otra historia de me metió demasiado en la mente y me bloqueaba para escribir en esta y tenía todo un enredo, solo espero que en realidad está historia haya podido ser de su agrado ☹️

Mi pequeña delincuenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora