My Date

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Pov Calle

— ¡Vaya, hasta que al fin llegan! El hambre me esta matando— Laura nos dijo cuando nos subimos en el auto.

— Llévanos al departamento de Poche, Laura, porfavor —Le dije sin ánimos de nada.

—Pero vaya... No nos dieron bien anoche—Laura se empezó a reír y yo la fulminé con la mirada.

—Ahí si te equivocas Laura—Poche salió a su defensa.

—Solo mirá la cara que tiene Daniela, Poche...¿Por qué carajos terminaste en prisión?— Laura le pregunto a Poche mientras iba conduciendo.

Poche me miró por medio del espejo retrovisor y aclaró su garganta.

—Yo solo quería enseñarle a un patan a respetar a una hermosa dama.

Escuchar eso me provoco querer sonreír, pero no lo hice, me mantuve firmé.

—¡Ay mi vida!—Laura hizo un puchero y golpeó mi muslo.

—¿Te das cuenta Calletana? Esta mujer arriesgo su vida para defenderte...¿Y tu cómo le pagas? Teniendo una cara de trasero fruncido, ¡Nombre, por eso la sociedad está como está!

—¡Laura, quieres dejar de decir idioteces!, Yo estoy molesta porque alguien no pensó en mi, en nosotras, en lo que esto puede perjudicar lo que estamos intentando tener—Le dije sintiendo como mi corazón bombeaba rápidamente del enojo.

—ok...—Laura dijo y siguió conduciendo.

Para mí esto era muy incómodo, estaba molesta con Poche, ella se arriesgo mucho, la verdad Josh no me importa para nada, pero ella sí, jamás me hubiera perdonado si le hubiese pasado algo a Poche por mi culpa. Laura colocó un poco de música y eso hizo el ambiente un poco más liviano de la tensión que había entre Poche y yo, Poche no dejaba de verme con cara de perrito regañado por el espejo retrovisor, pero ella tiene que entender que las cosas no se arreglan a golpes.

—¡Hemos llegado a su palacio, hermosas damas!—Laura nos dijo después de estacionar el auto enfrente del edificio.

—¡Gracias, Laura! Llévate el auto, yo después me iré en Uber—Le dije y ella asintió.

—¡Fue un placer conocerte, Poche!

— Gracias, Lau. Pero yo me encargaré de contentar a Dani—Poche le respondió.

—¡Uy, eso sí estará difícil!—Laura le respondió y se carcajeo.

Nos despedimos por última vez de Laura y me adelante para entrar al edificio, Poche venía corriendo detrás de mí, ya saben 2 pasos míos es uno de ella, pero en fin, entre al edificio saludé al portero y subí al elevador. Poche tuvo que detenerlo para poder entrar en él.

—¿Te he dicho que enojada te ves más hermosa?— giré mi rostro, la mire y retiré mi mirada de ella.

—No quiero dirigirte la Palabra María José—Le dije en un tono seco.

—No tienes que hablarme, podemos usar el lenguaje del amor—Sentí su mano sujetar la mía y acariciarla con su dedo pulgar, eso hizo que sintiera electricidad en todo mi cuerpo.

Retire la mano y a tiempo llegamos al piso, ella bufó y salió del elevador ¿Ahora ella era la que estaba enojada?, Al pensar que ella está enojada me hace enojar mucho más. Llegamos al departamento y Poche abrió la puerta, espero a que entrara y la señorita me acorraló contra la pared.

—¡Perdóname, Daniela!— su aliento caliente chocaba sobre mi rostro— Sé que no debí actuar de esa manera tan impulsiva, pero al escucharte decir que ese tipo te beso me hizo sentir demasiada rabia y celos, no lo soporte y además después  vino a mi cabeza la idea de que el pudo despertar en ti todo lo que una vez sentiste por él, me dio demasiado miedo, así que sí...¡Actúe como una estúpida niña celosa y miedosa!, Quería desquitar mi rabia con él y si, quizá el tenga razón en decir que yo soy muy poca cosa para ti, pero yo estoy empezando amarte Daniela y ese sentimiento pensé que lo había enterrado, pero tú me haces darme cuenta que no es así— Una lágrima se deslizó por su mejilla, yo la atrapé y la retiré.

—No tienes que temer. Yo, ya no siento nada por Josh, lo único que ese beso me provoco fueron náuseas—le dije y logré hacerla sonreír— yo no quiero lastimarte Poche, mis únicas intensiones son amarte y cuidarte, sé que quizá tienes miedo a amar, pero yo quiero demostrarte que no todas las personas somos iguales, yo no soy igual que ella y tú no eres igual a Josh y por eso es que nos dimos cuenta que al fin encontramos al amor de nuestras vidas, porque sí Poche, yo también estoy empezando amarte y no me da miedo admitirlo— Le sonreí y acaricie su mejilla delicadamente porque estaba un poco lastimada.

Ella sonrió y se acercó para besarme pero yo lo impedí.

—¡No tan rápido vaquera! Que te haya dicho lo que siento por ti, no quiere decir que ya no siga enojada, mira nada más como te dejo Josh— La regañe como si fuera una niña pequeña.

—Pero el quedó mucho peor— me dijo de una forma petulante.

—Ajá, pero eso no quiere decir que estuvo bien, María José, ¿Tienes idea de lo preocupada que estaba?— Le dije, ella bajo su cabeza y me pidió perdón— Además me preocupa el hecho de que Josh sepa que a ti te gustan las mujeres, me da miedo que el llegue a decirle algo a mis papás y que ellos lo tomen a mal—Le dije preocupada.

—¿Te da miedo aceptar que me amas?—Ella me preguntó con un hilo de voz.

—Sí y no, sí porque me da miedo que me alejen de ti y no, porque estoy orgullosa de amar a la mujer más espectacular del mundo entero— Le dije besando su mejilla dulcemente, escuché su risita y me sentí tan boba por esta mujer.

—Quiero recompensarte por este mal rato que te hice pasar, así que... Conozco un buen lugar al aire libre donde venden unas hamburguesas que son ¡Deliciosas! Además al lado del restaurante, hay un parque de diversiones en donde la podemos pasar muy bien, así que... ¿Qué dices Daniela Calle, aceptas ser my date?— Ella me preguntó con mucha emoción.

—No.

Ella abrió sus ojos como platos y su semblante cambio a uno serio y desanimado.

— Entiendo, estás muy molesta conmigo y...

—No puedo esperar a comer una deliciosa hamburguesa a tu lado, no me dejaste terminar—Le dije y ella sin mi permiso se abalanzó a besarme.

Le correspondí el beso, pero la besé de la forma más delicada posible para no lastimar su labio. Ella hizo una mueca y entendí que debía parar.

—Eres una tramposa María José, pero ahora debes dejar que te sane ese labio.

Ella se quejó como una niña pequeña, pero aún así dejo que fuera por el botiquín y curará su labio. Después de que termine de sanar su labio, Poche se cambió de ropa, pedimos un Uber y salimos del edificio para esperarlo, llegó el Mazda de color gris y Poche y yo nos subimos, estaba tan emocionada de tener nuevamente una cita con ella.

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— ¿Hola?... Señora Cataleya, dimos con el paradero de María José Garzón, tomamos algunas fotografías. ¿Quiere que la sigamos?

—No es necesario, por ahora necesito que regresen y me den toda la información que lograron averiguar.


Mi Majo, estamos tan cerca y tan lejos a la vez, se que me odias pero después de explicarte el porque he estado haciendo todo esto, sé que me vas a perdonar.

¡Hola amores míos!

Perdón que no había actualizado, pero es que no había podido, pero acá estoy 🤭❤️

Las quiero ❤️

Mi pequeña delincuenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora