Sebastian

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Pov Calle

—Me estás poniendo muy nerviosa—Le dije  manteniendo mi sonrisa nerviosa.

—Yo...¡Lo siento!, Pero es que quiero convencerme a mi misma de que eres real y que este no es un sueño—Ella me respondió mientras jugaba con sus manos.

—Bueno... sí este es un sueño, prometo estar aquí para cuando despiertes—gire mi rostro para que ella no viera lo colorada que me había puesto.

Encendí el auto y empecé a manejar, aún seguía pensando en el beso que recientemente le di a Poche, sé que parezco una tonta, pero no sé qué me pasa con Poche que me hace actuar impulsivamente, ella hace que me salga de mi zona de confort. Creó que estoy empezando a volver loca.

—Dani, ¿Podemos bajarnos acá?—Poche me preguntó, estábamos enfrente de un parque, yo sentí extraño que quisiera bajar, pero acepté.

Bajamos del auto, al hacerlo Poche hizo algo que no me esperé, ella sujeto mi dedo meñique con el de ella, sé que sentía pena al tomarte completamente la mano, así que fui yo la que lo hizo, caminamos hasta sentarnos en una de las bancas que se encontraba en el parqué.

—Creo que tenemos una conversación pendiente—Poche me dijo y yo asentí.

—Calle, me encanta que me hayas dado ese beso, no sabes cuánto espere por probar nuevamente tus labios, varias veces quise robarte ese beso, pero quería que el próximo fueras tú quien lo diera, pero...tengo miedo ¿Sabés?—Poche cambio su semblante a uno preocupado.

—¿A que le temes?—Le pregunté mirándola directamente a los ojos.

—No puedo evitar sentir miedo de que estés haciendo esto por despecho, no sé... de que de alguna forma quieras vengarte de Josh por lo que te hizo y que me quieras usar a mi—La mirada que ella me dio me estrujó el corazón—Me dolería que así fuera.

Coloqué mis manos en su rostro y negué.

—Yo no soy así, Poche. Entiendo lo que me dices, pero yo no tengo razones para hacerte daño, sé que en este momento estoy jodida, pero tú eres la cura para mi alma, yo de Josh ya no quiero saber nada, en este momento no sabes cómo lo odio.

—Pero lo que sientes por él ahí está—ella me confronto.

—¿Náuseas?

Le pregunté y la hice sonreír.

—Sabes a que me refiero Daniela—Ella me dijo poniéndose sería.

—Sí, yo lo sé, pero tú desde ese primer día que te conocí, cuando cínicamente hiciste que te besara, te metiste inconcientemente en mi cabeza, me siento bien contigo, tienes algo que me da paz.

Ella suspiró y me sonrió, asintió lentamente con su cabeza, colocó sus manos sobre las mías que estaban en su rostro y me miró a los ojos.

— Estoy segura que entre tú y yo existirá una gran historia de amor y si no me crees, te besaré para comprobarlo.

No logro entender aún como es que Poche, logra ponerme tan nerviosa.

—Quiero comprobarlo—Me atreví a decirle.

Ella colocó su mano en mi nuca y me atrajo lentamente hacia ella, nos besamos lentamente, mi corazón se aceleró y en mi vientre sentía muchas cosquillas, me encanta sentir sus suaves y cálidos labios sobre los míos, podría acostumbrarme  a esto toda la vida,todo iba tan bien hasta que sonó mi celular...

—¡Odio a mi celular!—dije apenas sus labios se separaron de los míos.

—creeme que yo también—Ella me dijo y ambas reímos.

Mi pequeña delincuenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora