Mi pequeña delincuente

No le digas a tu mamá.

Pov Calle

—Amor, mañana iré a casa de mis padres, creó que es necesario que le cuente a mi mamá toda la verdad sobre Josh, ella corre peligro—Le dije a Poche, estaba inquieta en la cama, no podía dormir, la preocupación se había apoderado de mi.

Poche abrió despacio los ojos, me miró y nego lentamente con su cabeza.

—Amor—ella bostezo y colocó su mano en mi mejilla, empecé a sentir sus caricias—No es buena idea que le cuentes las cosas a tu mamá, yo sé que estás asustada y tienes miedo, pero…sí le dices, las cosas se pueden complicar mucho más, tú mamá dudo que te crea, pensará que lo estás diciendo para joder la hermosa imagen que ella tiene de Josh, además irá a preguntarle a ese tonto si es verdad y es ahí donde nos jode a todos—Poche se acercó más a mí y abrazo mi cintura—No podemos arriesgarnos. Vamos actuar con normalidad, como si no supiéramos nada, ¿Sí?

Hice un puchero y asentí.

—Amo cuando me haces pucheros—Poche me dijo con una sonrisa amplía.

—Yo amo estar así de cerquita contigo, ¿Sabés? Solo quiero que todo esto termine y que podamos ser muy felices—Le dije sintiéndolo desde el fondo de mi corazón.

—Lo haremos, Cataleya nos dirá su plan y en base a ello, nosotras haremos el nuestro—Poche bajo la mirada y suspiró pesadamente.

Fruncí el ceño al ver su cambio tan radical.

—¿Pasa algo?—Le pregunté.

Ella volvió su mirada a mi.

—Me siento un poco asustada, te acabo de recuperar y me da miedo perderte de nuevo—Para mi escuchar eso fue en parte lindo, te sientes importante cuando alguien te dice que teme perderte.

—No lo harás mi amor y comprendo tu sentimiento, a mi también me pasa, está última vez sentí que en verdad te había perdido, me dolió tanto el pecho y sentía que el aire me faltaba al imaginar que te había perdido y que estarías con Cataleya—admití con un poco de pena por como me estaba viendo Poche.

—¿¡Qué!?…No, mi amor, apesar de estar peleadas para mí siempre fuiste y estaba segura de que sí ya no volvíamos, siempre ibas a ser el amor de mi vida. Te amo Daniela, te amo tanto que siento que todo esté amor no cabe en el pecho.

Sonreí como boba.

—Tu también eres el amor de mi vida—Le respondí.

—Dejando esto muy claro, creó que debemos ir a dormir porque…—ella bostezó—La edad me está afectando y necesito reposo.

Besé su naricita y luego sus labios, me acurruque a su lado y nos quedamos dormidas.

Sábado

Poche y yo estábamos terminando de arreglar las maletas para podernos irnos de viaje. Poche llamaba a Sebas mientras que yo terminaba de chequear que no, nos hiciera falta nada. Terminé de cerrar las maletas, Poche se acercó a mí y me abrazó por detrás.

—Quedamos con Sebas de que nos iremos en tu auto porque es más grande y además ahorramos más gasolina—Ella beso mi espalda.

—Esta bien, mi amor, será todo un caos soportar a Laura y a Sebastián—Me gire para verla y sonreí.

—¡Uy! Creo que cuando estemos en la playa, debemos perdernos un rato—Poche me dijo mientras acomodaba mi cabello.

Alcé una ceja y sonreí, sabía cuáles eran los pensamientos de Poche.

—Ay Pochesita, espero que te portes bien, tu también—Le advertí.

Ella puso cara de angelito y sonrió mostrando todos sus dientes.