Cataleya Gallardo

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Pov Poche

Di un suspiro al estar enfrente de la casona, mi corazón empezó a latir rápidamente, sentía una mezcla de nervios y miedo, ya saben...ese miedo de reencontrarte con el pasado que habías enterrado para no volver a saber de él. Empecé a caminar con pasos decididos hacia la entrada, cuando entré mire hacia todos lados y no veía a nadie, enserio que este lugar es un asco y no dudaría de que hay muchas ratas por acá.

—¡Mi Majito, viniste!—Ella salió detrás de unas cajas con una gran sonrisa.

La veía y estaba igual de cuando nos conocimos. Me miró de arriba hacía abajo y empezó acercarse a mi.

—No lo puedo creer, estás...¡Tan hermosa!—Ella me abrazó muy fuerte, el olor de su perfume inundó mis fosas nasales, era extraño sentir su cuerpo contra el mío.

La separé de mi y la mire a los ojos con dureza.

—¡Porfavor, Cataleya! Evita tocarme, solo ve al grano de una vez por todas, porque no es de mi agrado estar acá—Le dije y ella puso cara triste.

—Entiendo que me odies, eso es algo que me ha atormentado todo este tiempo, sé que no tengo perdón, pero... Yo no te he dejado de amar María José, ¿Cómo se olvida a la persona que te enseño lo que es el amor?

Miré la mano de Cataleya y estaba portando el anillo que le regale de compromiso.

—Deberías de tirar ese anillo, ya es basura—Le dije y ella torció los ojos y la boca (típico de cuando se molestaba)

—¡NOS ÍBAMOS A CASAR MARÍA JOSÉ, NO ME DIGAS QUE ES BASURA!—Ella me grito molesta.

—¡Y TU LO ARRUINASTE CATALEYA!, ¿Crees que no me dolió lo que hiciste?, Solo un ser tan miserable como tú manda a la cárcel siendo inocente a la persona que supuestamente ama, ¡Me jodiste la vida! Mi papá me odia por tu culpa, me quedé sin amigos, sin familia y todo por tu culpa, preferiste traicionarme como toda una Judas Iscariote... Además me estabas engañando con el Lion, te acostabas con el mientras también lo hacías conmigo...

—¡Cállate!, Tu no sabés porque he hecho todo esto— Cataleya empezó a llorar— ¿Crees que para mí ha sido fácil todo ésto?, No; no lo ha sido y no lo ha sido porque yo te amo mi Majito y porque te amo tuve que hacer todo esto, ¿Me dejas por lo menos darte una explicación?, He estado esperando todo este tiempo para hacerlo.

No sabía que responder, pero si dejando que me dé esa estúpida explicación me va a dejar en paz, es mejor que la escuché de una vez por todas.

—Tienes 05 minutos Cataleya—Le dije.

Ella se sentó en el piso y me pidió que hiciera lo mismo, me senté y ella empezó a contarme su historia.

Tenía apenas 10 años de edad, vivía en el barrio de San Vicente, Colombia. Recuerdo estar jugando con mi hermano menor. John, él tenía apenas 5 años de edad, mi mamá se encontraba haciéndole la Cena a mi papá.

— Cataleya, venga ayudarme a colocar los platos en la mesa, que ya está por venir su papá — Mi mamá me dijo mientras probaba la comida y removía los frijoles de la olla.

Le obedecí a mi mamá, fui rápidamente a la platera y saqué 4 platos, caminé hasta la mesa y los coloqué en el respectivo lugar de cada quien en la mesa. Después de colocar los platos, regrese a donde estaba mi hermanito John. Por un momento me quedé pérdida mirando a mi madre, tenía ojeras, lucia demasiado cansada y demacrada, ella se dedicaba a lavar la ropa ajena de los vecinos en la vecindad en donde vivíamos. Escuché que tocaron la puerta, supuse que era mi papá que había olvidado sus llaves de nuevo, mi mamá dejo a un lado el cucharón, limpio sus manos en su delantal y fue abrir la puerta.

Mi pequeña delincuenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora