LIV.

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Pov Calle

La mire y sonreí ampliamente, lucia muy hermosa, no podía creer la cantidad de suerte que tenía al ser su novia, ella se estaba terminando de maquillar, yo lo había hecho antes que ella, por lo tanto ya estaba lista. La miraba de arriba hacia abajo y solo podía pensar en que deseo tenerla todos los días de mi vida a mi lado.

—Amor, ¡Estás bien hermosa!—Ella se levantó de la silla, camino hasta a mí y me miró detenidamente todo el cuerpo—Esa falda te queda muy bien junto con ese croptop—ella no dejaba de verme y me ponía muy nerviosa.

Yo me vestí para ir al antro con una falda roja que se pegaba muy bien a mi cuerpo y una blusa croptop de color negro, Poche desde que le enseñé lo que me iba a colocar, se emocionó mucho e incluso ella hizo que me cambiara primero que ella, porque moría de ganas de verme con el outfit puesto.

—¡Gracias, gordi!, Pero…tú no te quedas atrás—Hice un gesto pícaro al verla con esos shorts que hacían que luciera muy bien su trasero, ella también llevaba un top y una camisa sin abotonar.

—Es que hoy es nuestra noche, tengo tantas ganas de bailar y dejarme llevar por la música, además amor bailar junto a ti será lo máximo, una fantasía echa realidad—Poche me dijo con una sonrisa de oreja a oreja bailando como un mono, ella estaba muy emocionada.

Me reí al ver sus pasos.

—¿Que esperamos entonces? Es hora de irnos—Le dije extiendo mi mano para que la tomará, Poche tomo mi mano y salimos de la habitación.

Nos encontramos con Laura y Sebas en el pasillo del hotel, todos nos dimos elogios al ver nuestros outfits, Laura llevaba un vestido casual y Sebas unos jeans, una camisa y un sombrero. Nos subimos al auto, está vez Sebas y Laura iban a ir en la parte de adelante del auto, Poche y yo íbamos en la parte de atrás, Poche tenía su mano entrelazada con la mía, mire nuestras manos juntas y no pude evitar sonreír. En todo el camino fuimos hablando muchas cosas muy random hasta que llegamos al antro.

—¡OMG!—Laura pronunció al ver el antro por fuera.

Era enorme, habían varios autos afuera, gente entrando y saliendo, caminamos hacia la entrada, un hombre alto calvo y de tez negra estaba en la entrada, le mostramos nuestras entradas y nos dejó pasar sin ningún problema.

Cuando entramos al antro, les juro que mi mandíbula se fue al piso, este lugar era enorme, estaba lleno de personas bailando y bebiendo sin límites, las luces neón se reflejaban en mi rostro, el antro tenía dos niveles y una tarima muy grande, el DJ estaba tocando música electrónica, automáticamente mi cuerpo empezó a sentir las ondas músicas, gire mi rostro al ver a los demás y estaban igual de sorprendidos, me atrevo decir que en mi vida fui a uno o dos antros, pero ninguno comparado con este.

—¡Uff, me encanta sentir la música, es como una droga!—Sebas nos dijo de lo más prendido por la música.

—Tienes razón, no hay nada mejor que sentir la música y el ambiente—Poche le dio la razón.

—Vamos a buscar una mesa—Laura nos dijo gritando para que pudiéramos escucharla.

Pasamos entre las personas, decidimos ir al segundo nivel, subimos rápidamente las escaleras hasta llegar a una mesa, desde acá arriba se podía observar mejor todo el lugar.

—Por si algún caso nos llegamos a perder o a separar, esperamos afuera en el auto, ¿De acuerdo?—Sebas nos preguntó.

—¡De acuerdo!—Dijimos todos al unísono

—Ahora vamos a bailar, porque no venimos a sentarnos—Les dije de lo más animada.

Empezamos a saltar y a dejarnos llevar por la música, yo pegaba mi cuerpo al de Poche,  movía mi cabeza de un lado a otro y gritaba de lo más prendida. Poche me miraba con sus pupilas dilatadas, ella deslizaba sus manos por todo mi cuerpo iba de mis caderas hacia mis piernas y viceversa.

Mi pequeña delincuenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora