Caíste en mis encantos.

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Pov Poche

Empecé a quitarme la ropa y me coloqué mi pijama de franela, como ya había dicho antes, este fue un día cargado de emociones y no necesito descansar mi cuerpo, si no mi mente. Estaba a punto de acostarme en mi cama para descansar cuando escuche que estaban tocando la puerta, revise la hora en mi teléfono y eran las 12 de la noche. ¿Quién carajos te va a buscar a esa hora?, Bueno solo la niña del aro a las 3:00 de la mañana, pero a las doce no mijita, esto me huele mal.

-¡UN SEGUNDO!-grite mientras fui a la cocina en busca de un sartén.

¡Bingo!, Este sartén está bien pesado, un dolor en la cara y otros dos en las costillas y logró vencer a mi oponente. Con pasos cautelosos caminé hacia la puerta, conté hasta tres, la fui abriendo poco a poco hasta qué...

-¡Poche te necesito!

Mis ojos se abrieron como platos al verla a ella, al sentir sus brazos rodear mi cuerpo, el dulce aroma de su fragancia invadió mis fosas nasales, yo también la abracé. Ella apoyo su rostro en mi cuello, escuché como ella empezó a sollozar, mi cuello empezó a sentirse húmedo, mi corazón latía rápidamente y sentía un pequeño dolor en mi pecho al verla así.

-Dani...

Solo pronuncie su nombre y cerré mis ojos, con mi mano empecé acariciar su cabello y con la otra abrazaba su cintura fuertemente.

-Poche, ¡Perdóname, porfavor! ¡Soy una gran idiota!-Ella decía las palabras con dificultad.

Cerré la puerta rápidamente.

-Quiero que te calmes, estás muy agotada y necesitas descansar, mañana hablaremos de lo que pasa, sí.

Ella asintió forzando una sonrisa.

-Te prestaré algo de mi ropa para dormir y descansas en la cama, yo iré al sofá sí.

Besé su frente y después me dirigí al clóset, saqué otra de mis pijamas de franela del clóset, está era de color rosa, regrese a donde estaba ella y se la di.

-Ven a la habitación Dani, en lo que tú te cambias, yo te haré un te para dormir.

-¡Gracias Poche!-ella me agradeció y me obedeció, se fue a la habitación.

Yo me dirigí a la cocina a prepararle un té de manzanilla, bueno en realidad no requería mayor ciencia que Herbie unnoco de agua y colocar el sobre de té en la taza. Mientras preparaba el té pensaba el porqué de que Daniela este tan mal, lo único que se me venía a la mente es el nombre de ese infeliz de Josh. Juro que si le hizo algo malo a Daniela, no me va a importar regresar a la Calle por haber matado con mis propias manos a ese infeliz.

Entre a la habitación y Calle ya estaba un poco más tranquila, le di el té y ella me agradeció, le dio unos cuantos sorbos y lo colocó en la mesita de noche.

-Es mejor que te deje descansar Daniela, solo tomo una sábana e iré a la sala, si necesitas algo no dudes en pedírmelo.

-Si necesito algo Poche.

-Claro, dime...¿Qué necesitas?-Le pregunté.

-Necesito que te quedes a mi lado esta noche, me hace bien tenerte cerca...porfavor, no me dejes sola-Ella me miró suplicante.

Confieso que se me escapó una sonrisa de boba al escuchar eso, jamás había dormido con Daniela y se que será una experiencia hermosa.

-Acepto, pero solo espero de que no ronques tanto.

Ella rodó los ojos y se rió. Ella así se veía mejor con una esa hermosa sonrisa en el rostro.

-¡Tan boba!, Claro que yo no ronco, pero a puesto de que tú si-Ella palmeó la cama para que me acostara a su lado.

-mmm digamos que parezco un tractor recolectando maíz, pero nada más eso-Lw dije brindando.

Quedamos cara a cara y me puse demasiado nerviosa, nunca había estado tan cerca de Daniela.

-Gracias por aceptarme está noche en tu departamento Poche-Ella me dijo sin dejar de mirarme a los ojos.

Con nervios alcé mi mano y empecé acariciar su mejilla, ella cerro los ojos al sentir mi tacto.

-Este es tu departamento, así que no hay nada que agradecer, tú solo descansa, yo cuidare de ti.

Ella sonrió y tímidamente se fue acercando más a mi, hasta el punto de esconder su rostro en el hueco de mi cuello, yo tomé la sábana y nos cubrí a ambas. La respiración de Daniela chocaba contra mi cuello y eso hacía que sintiera una corriente muy placentera en mi espina dorsal, mi corazón no dejaba de latir lento pero con fuerza. Daniela en cuestión de minutos de quedó dormida, yo besé su frente y rodeé su cuerpo con mis brazos, ella aquí estará segura, no dejaré que nadie vuelva hacerle daño.

Desperté y lo que vi fue muy hermoso, sabía que teníamos que ir a trabajar, pero la verdad no quería dejar de verla, al fin podría contemplar mucho mejor cada facción de su rostro, un suspiro profundo se me escapó, por más que intente olvidar estos sentimientos que tengo por ella no puedo, ella es mi debilidad, mi talón de Aquiles.

-¿Te gusta verme dormir?-Ella me preguntó aún con los ojos cerrados y con una gran sonrisa en su rostro.

Esta demás decir que me sonroje.

-Emm... creó que iré hacer el desayuno-Que torpe soy.

-¡Perdoname!-Ella hizo una mueca de dolor al decirlo-ayer confirme con mis propios ojos de que Josh me estaba engañando, lo escuché decir cosas muy feas, cosas que me dolieron muchísimo y...

Ella iba a empezar a llorar de nuevo y yo no debía permitirlo.

-No tengo que perdonarte, simplemente déjame decirte que aquí estoy, sabes que soy tu amiga y siempre querré verte bien, así que lo siento mucho por él, dejo ir a la mujer más hermosa, maravillosa y bipolar del mundo.

Ambas nos reímos.

- Eres una payasa Poche.

-¿Sabés? Me arrepiento de no haberlo golpeado más fuerte-Le confesé y ella abrió sus ojos como platos.

-Así que...tú fuiste la que...

-Sí y lo volvería hacer una y otra vez con tal de defenderte.

Ella sonrió con la boca cerrada, me miró fijamente a los labios y lo la mire a sus lindos ojos.

-Me alegra tenerte-ella me dijo desviando su mirada a mis ojos.

-Aca estoy tú disposición-Le dije con toda sinceridad-asi que señorita Daniela Calle, en vista de que yo no sé cocinar la invitó a un delicioso desayuno en algún restaurante.

-Acepto señorita Poche, pero con la condición de que no sea en el mismo restaurante de la vez anterior en donde la mesera la estaba ligando.

Ella alzó una ceja, les juro que trataba de no reírme ¿Estaba celosa?

-¡Rayos! Es una lástima, yo le iba a pedir su número de nuevo-Le dije bromeando, pero a ella no le hizo gracia.

-¡Eres una idiota, Poche!

Dani se levantó molesta de la cama, tomo una toalla y azotó la puerta del baño.

Solté una carcajada al verla así...¡Ya caíste en mis encantos Danielita!, Dije con una inmensa felicidad.

¡Hola mis hermosas!

Quise complacerlas así que hice todo lo posible por escribir otro capítulo hoy.

Las quiero ❤️❤️

Mi pequeña delincuenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora