CAPÍTULO 37

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-¿Ya estás más tranquilo? – preguntó Jooheon.

-No... – respondió Changkyun serio mientras se concentraba en manejar.

-Changkyun... - dijo el pelirrojo con un suspiro y colocó una mano sobre la rodilla del contrario para acariciarlo. – Por favor Changkyunnie, ya no pienses en eso.

Changkyun suspiró y puso su mano derecha sobre la de Jooheon mientras que con la otra controlaba el volante.

Siguieron así todo el trayecto hasta que llegaron a casa del pelirrojo. Se sorprendieron al ver un coche familiar afuera.

-¿Qué demonios hace Serim aquí? – dijo Changkyun frunciendo el ceño apagando el coche.

-Mmm... tal vez vino a visitarme – respondió Jooheon con una sonrisa.

-Ese mocoso... ¿hasta cuándo dejará de perseguirte? – espetó desabrochándose el cinturón de seguridad.

Jooheon lo imitó, pero antes de salir del coche, detuvo a Changkyun besándolo con frenesí, se dejaron llevar por un momento hasta que el tono de celular de Changkyun sonó alto. Por el rabillo del ojo, vio el nombre de la persona que llamaba y al ver que era Serim decidió no responder. Así que, continuó besando a Jooheon subiéndose a su regazo. Profundizaron el beso y después de un par de minutos su celular volvió a sonar.

-Maldición... - se alejó un poco para responder, pero el pelirrojo siguió besándolo en el cuello. - ¿Qué quieres Serim?

-Changkyun al fin contestas. He estado llamándote todo el día... - susurró.

-Mmm... dime, ¿qué... ocurre?

Jooheon continuaba besándolo y se movía de vez en cuando.

-¿Estás con Honey?

-Mmm, sí, estamos cerca de su casa, ¿por qué?

-Será mejor que se den prisa... también estamos en su casa... - y sin decir más Serim colgó.

-¿Estamos? ¿Serim? ¿Serim...? – Changkyun miró su teléfono y vio que su hermano había colgado. Y entonces sintió un frío recorrer su espalda. - ¡Mierda!

-¿Qué pasa Changkyun?

Sin dar respuesta, Changkyun abrió la puerta del lado del copiloto y se bajó de prisa del coche dejando a su novio perplejo.

-¡Changkyun! – gritó Jooheon.

-Dave, ¿a quién trajiste aquí además de mi hermano? – dijo el chico con la respiración entrecortada. Sentía perder la paciencia

-Joven Changkyun... - el chófer se aclaró la garganta. - Traje al joven Serim y... a sus padres.

-Mierda. Mierda. Mierda...

-¿Qué pasa Changkyun? – dijo preocupado Jooheon.

-Tenemos que irnos de aquí Jooheon – dijo Changkyun tomando de la mano al pelirrojo.

-¿Qué?

Y antes de que pudieran dar un paso, la puerta de la casa se abrió y un hombre con el ceño fruncido salió. Tenía la misma expresión seria de Changkyun, las mismas facciones y los mismos ojos. Parecía el mismo retrato del chico de cabello largo, pero con unos veinte años de más.

-¿Quién... - comenzó Jooheon.

-¿Papá? – dijo Changkyun. - ¿Qué haces...

-¿Papá? – repitió Jooheon sorprendido. Su mirada iba de su novio al señor de la puerta.

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