CAPÍTULO 6

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En su segundo día de escuela, Hyungwon llegó de nuevo temprano, había escasos alumnos por lo que decidió recorrer un poco el edificio. Lo primero que buscó fue la cancha de baloncesto, era enorme. La verdad la cancha era de la misma medida que en su escuela anterior pero debía admitir que las gradas eran más grandes.

Estando ahí los recuerdos invadieron su mente, la mayoría buenos, recordó sus victorias, las risas de él y sus compañeros, los aplausos y las porras de las personas, pero también hubo un recuerdo amargo que no soportó y decidió salir de ahí. Tal vez algún día lo superaría por completo y volvería a jugar aquel deporte que tanto amaba, pero no por el momento.

Siguió con su recorrido, había muchos salones, el laboratorio de química, el club de lectura e incluso pudo ver que había un club de teatro. Mientras más conocía ese lugar más se sorprendía. Lo más impresionante que encontró fue un gran edificio, detrás de la cafetería, con el exterior un poco deteriorado en el que había placa dorada en la que se leía "Biblioteca". Sin dudarlo, entró, tal vez sería bueno que recuperara su gusto por la lectura.

Al entrar casi se cae de espalda, pues el edificio por dentro era más impresionante que el exterior. Las paredes estaban cubiertas por muebles llenos de libros, enfrente de ellos había más muebles perfectamente en fila con más libros y en medio estaban las mesas para los estudiantes, pero también había cubículos individuales con un ordenador para los que prefirieran la tecnología o la necesitaran para algún trabajo.

Por último, en la entrada, una amable señora de edad avanzada daba la bienvenida a los alumnos, le recordó a la recepción de un hotel, pues la mujer contaba con un ordenador, una campana y a sus lados reposaban dos grandes anaqueles donde había varios libros desordenados.

-Buen día estudiante. ¿Puedo ayudarte en algo? – preguntó con una dulce sonrisa la señora.

-Eh... no, solo quiero observar un poco – respondió un poco tímido Hyungwon. - Si es que se puede claro.

-Por supuesto que sí. Pasa – la anciana lo miró con mucho interés, pues a pesar de su edad, conocía a todos los estudiantes que iban ahí y a él nunca lo había visto.

Entre más veía los libros, más comprendía la manera en que estaban clasificados. Estaban separados por categorías, matemáticas, filosofía, inglés, historia, y demás, y cada libro de cada categoría estaba colocado por orden alfabético de acuerdo a su título. "Práctico" pensó, pero si los estudiantes no lo entendían bien podían buscar el libro en la enorme computadora que tenían en la entrada y sino lo encontraban así, podrían preguntarle a la anciana de la entrada.

Decidió seguir observando los libros, hasta que llegó a un librero que decía "Anónimos" no pudo ocultar su curiosidad y tomó el libro que más le llamó la atención, no tenía nombre en el lomo y era completamente negro.

"Acepta tu pasado si quieres aceptarte como eres"

Al leer esa frase sintió una extraña sensación recorrer su cuerpo.

"Un alma solo es libre cuando se perdona a sí misma"

"Los errores son muestra de que sigues vivo"

"La vida necesita el dolor para seguir latiendo"

En ese momento la campana sonó, sacándolo de su ensimismamiento. A regañadientes dejó el libro en su lugar y salió hacia su primera clase.

Al llegar a su salón, Minhyuk lo esperaba con una sonrisa.

-Hola Hyungwon, ¿dormiste bien?

-Hola, sí, dormí bien.

-Me alegro, ayer no te veías de buen humor, hasta llegué a pensar que no volverías hoy.

By my sideDonde viven las historias. Descúbrelo ahora