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—¿Ya lo has hecho?—Le pregunté aburrida mientras dejaba la pintura de mis uñas en el edredón azul claro de mi cama.
—Todavía no—Dijo Hwasa en voz de concentración mientras aplicaba una segunda capa de brillo labial sobre mis labios.
Me quedé en la misma posición durante otros cinco minutos, con los ojos cerrados, debido a mi aburrimiento. Si yo tuviera un lugar para descansar mi cabeza, ya estaría durmiendo.
—Ahora, he terminado—Anunció, corriendo un pincel largo por mi nariz como retoque final.
Mis ojos se abrieron de golpe para satisfacer a una Hwasa muy emocionada mirando expectante a mí. Me levanté y me dirigí a mi espejo de cuerpo entero, teniendo en todo lo que aparece frente a mí.
—Wow—Susurré, con los ojos brillando de la felicidad al ver a la chica que me miraba.
—Te ves hermosa, B—Ella apareció radiante detrás de mí y me sonrió ampliamente a través del espejo.
Paso los dedos por la longitud de mi negra -y ahora a la perfección- melena y de pronto el ceño se frunció en mi cara.
—¿Crees que Jungkook vendrá?—Me mordí el interior de la mejilla.
—¿Por qué no iba a hacerlo? —Ella frunció el entrecejo levemente y un rastro de una sonrisa apareció en los labios de color rosa.
Me encogí de hombros. —No sé...
Por supuesto que sabes, pero no quieres decir lo que pasó en el coche—Mi conciencia hizo una observación inteligente. La ignoré.
—Lo has estado viendo durante toda la semana, ¿no? En la práctica de fútbol de tu hermano, quiero decir—Ella confirmó.—Y estás llevando bien.
—Sí, supongo—En silencio, suspiré para que ella no se diera cuenta.
Yo no diría que no está siendo difícil.
FlashBack
—¿Quieres hacerlo de nuevo?—Me preguntó, y por un momento me quedé helada.
Sentí mi sangre corriendo a mis mejillas, pero la tenue luz del coche hizo pasar desapercibido por Jungkook. Tal vez el hecho de que mi cara estaba enterrada en mis rodillas también ayudó. Dejó escapar una risita por mi timidez suave, pero la urgencia era todavía palpable en el aire.
¿Volvería a besarlo de nuevo? Por supuesto que sí, en un santiamén. Al darme cuenta de esto, me entró el pánico. No debería estar pensando en esto. Esto es un error. Brooklyn, eres estúpida.
Cuando levanté la vista, Jungkook estaba mirando sin pestañear hacia mí. Abrí la boca para responder, pero no pude articular un sonido. Todavía estaba debatiendo si debía mentir o decir la verdad. Si le mentía, yo sabía que iba a hacerle daño, pero si le decía la verdad, iba a arruinarlo todo. Esta decisión, aunque parezca simple, era crucial.
