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—Porque te amo jodidamente—Solté. Mierda. Esto no era exactamente lo que había planeado -no es que realmente tuviera un plan- pero esto definitivamente no era lo que tenía en mente cuando pensaba en la manera de soltar ''la bomba'', como Namjoon lo llamó.
Yo sabía que la había cagado cuando la expresión de Brooklyn se convirtió en una de desconcierto puro y absoluto. Su boca se abrió mientras sus ojos parecían que se habrían salido de sus órbitas si sus gafas no hubieran estado allí como barrera.
—¿Qué?—Mierda. Yo sabía que no debería haber dicho eso. Ahora acabo de hacer el ridículo y, no voy a mentir, sentí una punzada de dolor directo a mi corazón, tan cursi como suena.
Nuestros ojos se miraban fijamente, ninguno realmente podría mirar hacia otro lado. Tuve que lanzar la puta bomba. Por último, algo hizo clic en mí. Yo le había dicho a una chica que la amaba. Nunca en mi vida había pensado que estaría viviendo esta situación, nunca imaginé que iba a enamorarme. Y ella no sentía lo mismo. Grande, Jungkook.
Cuando Brooklyn permaneció en silencio, como si su cerebro no fuera capaz de pronunciar una sola palabra por la conmoción, me decidí a hablar. —Mira, si t-tú no me quieres, yo... está bien. Pensé que tenía que decirte... —Yo tartamudeaba como un miserable, mis manos sudaban hasta que ella me cortó.
—Cállate—En primer lugar, la boca de Brooklyn se cerró, sólo para expandirse en una enorme sonrisa un segundo después. —Oh, Dios mío, yo también te amo, Jungkook—Exclamó en lo que en realidad sonaba como un tono de felicidad antes de saltar sobre mí y envolver sus brazos y piernas alrededor de mi cuerpo temblando.
Al principio, no esperaba esa reacción en absoluto después de su cara vacilante, pero tan pronto como sus palabras se registraron en mi cabeza, yo la sostuve cerca de mí con fuerza. Podía sentir la más grande de las sonrisas haciendo su camino en mi cara. Ella me amaba. —¿De verdad me quieres?—Le pregunté con asombro, tratando de dejar que las palabras realmente se fueran cuando Brooklyn levantó la cara desde el hueco de mi cuello para mirarme.
—De verdad—Ella asintió tímidamente, mordiéndose el labio. Sus brazos colgaban alrededor de mi cuello, mis manos aguantaban su peso debajo de sus muslos. —He estado esperando una eternidad para que lo digas—Admitió, bajando la mirada hacia abajo cuando un rubor tímido se repartió en sus mejillas.
—No vas a dejar de escucharlo ahora. Te amo—Repetí, saboreando las palabras en mi boca antes de atacar sus labios con los míos. Fue de lejos el mejor beso que jamás habíamos compartido. Cada emoción, todo lleno del amor, de la adoración y de la felicidad que sentíamos actualmente, emociones que se intercambian a través de nuestros labios. Brooklyn sonrió contra el beso, ahuecando mis mejillas en las manos. Nos alejábamos después de unos segundos, sonriendo como estúpidos totales. Nuestras frentes se tocaron mientras picoteaba sus labios una última vez antes de dejarla en el suelo de nuevo.
