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Me desperté a la mañana siguiente con una sonrisa en mi cara. Sí, era un día de escuela. Sí, era temprano. Sí, yo estaba cansada. Pero yo estaba feliz.
Bailé en mi camino hacia la cocina, decidida a no dejar que nada arruinara mi día. Cuando había llegado a casa ayer, después de estar con Jungkook y su familia, tuve que admitir que estaba un poco preocupada por él. Ninguno de mis padres estaba en casa para molestarme, Tommy estaba durmiendo y Blake estaba en su computadora, ignorándome por completo. Así que llamé con calma a Jungkook, mordiéndome el labio con nerviosismo sobre cómo se sentiría. Después de abrirse a mí como lo hizo la última tarde y ver cómo le estaba dando a su padre otra oportunidad, yo estaba realmente esperando que tuvieran una seria charla padre-hijo.
Había cogido el teléfono al primer timbrazo, como si estuviera ansioso por saber de mí. Y, ciertamente, hizo que mi estómago tuviera un enjambre con mariposas y una sonrisa se extendió a través de mis labios. Lo primero que había preguntado era si yo hubiera llegado a casa sano y salva - siempre tan protector- y después me dijo sobre la conversación que había tenido con su padre cuando me fui. Mi mente sospechaba que había omitido algunos detalles que prefería guardar para sí, pero estaba bien para mí. Todos necesitamos un poco de privacidad. Sin embargo, yo estaba muy contenta de escuchar que habían hecho las paces y estaban en buenas condiciones como yo le había aconsejado. Jungkook sonaba genuinamente feliz de sí mismo y de hecho, tuvimos que colgar porque estaban teniendo una noche de cine familiar.
No podía sentirme más feliz por él. Se merecía ser feliz y no atormentarse todo el tiempo por el dinero, un padre que no estaba en casa, enemigos, preocupándose por sus hermanos y su madre, por no ser lo suficientemente bueno...
En consecuencia, había caído en un sueño tranquilo en cuanto mi cabeza tocó la almohada. Ya me preocuparía por los próximos exámenes, mi castigo y mis otros problemas al día siguiente.
—Buenos días—Canté, entrando en la cocina y caminando en línea recta a la nevera.
—¿Desde cuándo las mañanas son buenas?—Blake gruñó, con la cabeza en su mano en el mostrador.
Me reí entre dientes mientras me llenaba un vaso de una jarra de zumo de naranja natural, María debe haberla preparado.
—Déjame adivinar por qué estás tan feliz—Blake de repente estiró la espalda a una posición vertical, sonriendo divertido.
Puse los ojos, anticipando un rubor arrastrándose por la cara.
—¿Tiene que ver con el hecho de que estabas con Jungkook ayer?—Él movió sus cejas sugestivamente, metiéndose un trozo de pan tostado dentro de su boca. Estaba empezando a comer como un cerdo total.
