Capitulo 56: Off the races.

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Fui admitida en Stanford

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Fui admitida en Stanford.

Me ocupé de leer cuidadosamente la carta de aceptación con el fin de no tirar los papeles por toda la habitación, que era lo que realmente quería hacer.

Me había despertado en una cama vacía. En un estado de negación, comprobé el baño, las sábanas e incluso debajo de la cama. Jungkook no estaba por ningún lado. El único rastro de que la noche anterior no había sido un sueño era el hecho de que las cortinas estaban ligeramente abiertas, dejando entrar un poco de luz.

Un sonido amargo salió de mi garganta. Se había ido, me había dejado sin siquiera decir adiós. Sabía que no estaba preparada para hacer frente a la luz del día, porque los secretos son más fáciles de llevar por la noche, cuando todo está oscuro y oculto. Jungkook no estaba preparado para tener la conversación aquella en la que él me lo explicaba todo, incluyendo todas las mentiras y cosas que había estado ocultando de mí y por qué estaba actuando de esa manera, por qué él me empujaba lejos y por qué se odiaba tanto a sí mismo, pero no hacía nada al respecto. Él no quería afrontar el hecho de que teníamos problemas, y eso era muy típico de él.

Huir de las cosas sólo puede alejarte más, sin embargo.

Lancé una almohada contra la puerta cerrada de mi habitación, tragándome un grito. Era temprano por lo que la casa estaba en silencio. Ni siquiera mi madre estaba despierta. Me senté en el borde de la cama y eché un vistazo a las sábanas sucias de nuevo en caso de que Jungkook hubiera dejado al menos una nota o algo así.

Nada.

Entonces, empecé a enfadarme. Sentí mi respiración cada vez más fuerte y mis manos cerrarse contra el edredón. ¿Por qué tenía que hacer esto? ¿Por qué todo tiene que ser tan difícil? ¿Por qué no podía llorar por el dolor de la muerte de su padre como una persona normal? ¿Por qué tenía que meterse en problemas, por los que nuestra relación caía con ellos? Y lo más importante, ¿por qué no me deja ayudarlo?

No me había dado cuenta de que estaba llorando hasta que vi manchas de color azul oscuro en la almohada de color azul claro que estaba sosteniendo -más desgarrando- entre mis manos. Realmente necesitaba parar de llorar. No valía la pena. No conseguiría nada.

* * *

El resto del día transcurrió a base de deberes escolares, pasar tiempo en familia y enviar mensajes. Cada vez que escribía algo para enviárselo a Jungkook, me acobardaba. Pero ¿por qué debería ser yo quien se arrastrara siempre detrás de él como un cachorro perdido? Yo no sería la débil en nuestra relación de nuevo. Podía vivir sin tener a Jungkook siempre presente en mi vida, y si no podía, iba a tener que aprender cómo, al parecer.

Pasaron los días y no pasó nada. Mi rutina se repetía: levantarse, ir a la escuela (que incluía ignorar a Taehyung lo mejor que podía), recoger a Tommy de la práctica de fútbol (Jungkook o se presentó ninguna tarde, y los días que llevé a Minho a casa él no estaba allí tampoco), estudiar con Hwasa para los finales, cenar, tumbarme en la cama durante horas, finalmente dormir un poco. Me di cuenta de que mi madre estaba preocupada porque dejé de tener planes para después de la escuela y me pasaba más tiempo estudiando y haciendo la tarea de lo que podía recordar haber hecho. No lo mencionó, sin embargo. Creo que ella tenía miedo de que tuviéramos la conversación sobre Ray de nuevo, una a la que ninguna de las dos estábamos preparadas.

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