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Ahora todo tenía sentido. El hombre en la puerta se parecía a Jungkook tanto, incluso Minho compartía algunas de sus características. Parecía joven -no más de 40- y en realidad estaba usando el uniforme del ejército, una bolsa de lona descansando junto a sus pies.
Jungkook siguió mirándolo con lo que me pareció como una descarga de puro y absoluto shock. Tenía la boca abierta, pero él no pudo moverse ni siquiera parpadear, eligiendo en su lugar simplemente mirar boquiabierto a su padre. Sin embargo, Minho no perdió el tiempo en saltar a los brazos de su padre y chillar un feliz —¡Papá!
Rosé, que estaba de pie a mi lado un segundo antes, también se aferró a su padre en el abrazo más cariñoso que había visto nunca. Jungkook sólo se hizo a un lado cuando se dio cuenta de que su madre corría hacia su esposo con lágrimas de alegría en cascada por su cara.
Decidí darles un poco de privacidad y permanecí dentro de la pequeña cocina, pero era un poco raro presenciar un momento tan íntimo entre una familia que no era la mía. Sin embargo, el ceño fruncido se grabó en mi cara cuando me di cuenta de que Jungkook estaba caminando hacia atrás a su habitación, como si él no quisiera participar en el abrazo de familia.
—Jungkook—Susurré inquisitivamente, sin entender su comportamiento extraño. Él nunca me había dicho mucho acerca de su padre, siempre trataba de evitar el tema cada vez que salía, pero sí dijo que lo echaba de menos. Entonces, ¿por qué estaba actuando de esa manera?
En lugar de responderme, que desapareció dentro de su habitación. —¿A dónde se fue?—Preguntó Rosé, secándose las lágrimas de las mejillas, una sonrisa impresa en su hermoso rostro a pesar de las acciones de su hermano.
—Dale tiempo—Una voz varonil habló por primera vez, el padre de Jungkook.
Metí un mechón de pelo castaño detrás de mi oreja, apoyada en el marco de la puerta de la cocina y torpemente mirando hacia abajo.
—Esta es Brooklyn, papá, la novia de Jungkook—Rosé nos presentó mientras Eunji seguía pegada al lado de su marido, mirando hacia él como si fuera incapaz de creer que estaba en casa sano y salvo, era una mirada de tal admiración y amor que casi me hizo decir aw.
—¿Jungkook tiene novia?—La voz del señor Jung-Su era de suma sorpresa, sus espesas -así como las de Jungkook- cejas se juntaron. Todo el mundo se rió un poco, asintiendo con la cabeza y encogiéndose de hombros como si ya se hubieran acostumbrado a que el hijo mayor estuviera "comprometido" a una chica.
—Es un placer conocerlo, Sr. Jeon—Le ofrecí mi mano con una sonrisa amable que adornaba mis labios.
—Lo mismo digo, Brooklyn. Y llámame Jung-Su, por favor—Él me devolvió la sonrisa, sacudiendo mi mano, aunque él mantuvo esa expresión cautelosa en su rostro cansado.
