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—¿Qué demonios estaba haciendo tu novia con mi novio?
La cosa o la última persona que esperaba encontrarme cuando sonó el timbre un poco más de una hora más tarde de que Brooklyn se fuera era Lisa. Estaba parada en mi umbral, con los labios fruncidos y las cejas levantadas.
Sentí el impulso de reír. —¿Perdona?
—Dije que por qué tu novia estaba saliendo del apartamento de mi novio—Repitió, ahora agregando sólo información adicional.
Cualquier rastro de diversión se me fue. —Eso no fue lo que dijiste antes—Dije lentamente.
Lisa hizo una gran exageración de rodar sus ojos. —Lo que sea. Eso es lo que vi.
Negué con la cabeza con decisión. —Eso no es posible. Brooklyn nunca se acercaría a Tyler.
Lisa me miró con lo que parecía lástima, una mirada que desprecié. —Mira, Jungkook. Sé que piensas que esa niña de papá es perfecta, pero puedo jugar ese papel también, si quiero. Además, ¿no habéis estado peleando últimamente?—Ella sonrió.
Solté un bufido en voz alta, mirando por encima de mi espalda para comprobar que mi familia todavía estaba en la sala de estar, prestando atención a la televisión y no a mí. Rosé arrugó la frente, pero yo sólo articulé un —no es nada —hacia ella.
—¿Qué es lo que realmente quieres, Lisa? No tengo tiempo para tus tonterías ahora mismo—Le pregunté con impaciencia. Estaba cansado, enojado y preocupado. No necesito ningún juego más de mentiras en mi vida. Era imposible que Brooklyn si quiera mirara al camino de Tyler. Ella debe haber llegado ya a casa, pensando en lo mucho que me odiaba merecidamente.
—¿Crees que me lo estoy inventando?—Lisa levantó su voz, una señal que me hacía cuestionarme si de hecho estaba siendo honesta y lo que eso significaba. —Maldita sea, Jungkook. No tengo ninguna razón para perder el tiempo en esa estúpida perra. Sólo quiero saber lo que estaba haciendo con él.
—Cuidado—Le advertí. Lo último que iba a permitir es que llamara a Brooklyn de tal manera, y mucho menos en mi casa. —Vas a tener que explicarme esto mejor, ya que, por el momento, estoy a un segundo de cerrarte la puerta en la cara—Le dije, poniendo mi mano junto al marco de la puerta.
—¿Puedo por lo menos entrar?—Preguntó ella, con el objetivo de dar un paso dentro.
—No.
Lisa puso los ojos otra vez, porque eso es algo que ama hacer. —Dios, Jungkook, no sé ni lo que estaban haciendo juntos. La acabo de ver salir de su apartamento y luego correr detrás de un taxi. ¿Se suponía que debía ir tras ella como una acosadora?—Ella se miró las botas de tacón para dar énfasis.
Resoplé dejando escapar un largo suspiro. Esto no tenía absolutamente ningún sentido. En absoluto. La idea de mi novia y mi enemigo mortal (bueno eso es dramático) juntos era simplemente inconcebible. Pero ¿qué otra cosa podría haber estado haciendo Brooklyn allí? No es como si ella conociera a alguien alrededor.
