Capitulo 38: Love.

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—Esa chica es realmente estúpida, estás empapado de Coca-Cola—Brookyn rió, haciendo cosquillas en mis labios mientras desabrochaba el último botón de mi camisa sucia

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—Esa chica es realmente estúpida, estás empapado de Coca-Cola—Brookyn rió, haciendo cosquillas en mis labios mientras desabrochaba el último botón de mi camisa sucia.

—En realidad fue culpa tuya, nena—Me reí entre dientes, apretando sus labios contra los míos en otro beso.

Pero ella se apartó para mirarme con falsa sorpresa. —¿Cómo que fue mi culpa?

—Sabes que empujaste a Blair—La miré a sabiendas, cepillándole el pelo hacia atrás mientras ella entornaba los ojos.

—Así que su nombre es Blair, ¿eh?—Me di cuenta de la molestia creciendo dentro de ella porque sus puños se apretaron en la parte de atrás de mi cuello, atrapando mi corto pelo entre sus dedos.

Me encogí de hombros, ahuecando su rostro. —¿A quien le importa cómo se llama? No vamos a volver a verla—Me incliné hasta besar a Brooke, esperando apartar su mente de la otra chica.

Después de todo, ella no era más que una perdedora que trató sin éxito seducirme con sus comentarios snobs. Ella fue bastante escasa.

—Tienes razón—Con un suspiro, Brooklyn se rindió y volvió a envolver sus labios alrededor de los míos, con ganas de chocar nuestras lenguas juntas.

Nunca la había visto tan dispuesta y salvaje en un lugar público. Muy pronto, sentí sus dedos rozando mis hombros para arrastrar la tela de mi camisa hacia abajo. La ayudé a quitármela, mis manos volando a su espalda poco después. Nuestros cuerpos estaban tan cerca que ni siquiera podría caber una burbuja de aire entre ellos. Cuando necesitamos romper el beso por aire, los labios de Brooklyn atacaron mi cuello sin pensarlo dos veces.
Ella chupó mi yugular, por lo que mis dientes mordieron duro mi lengua con el fin de evitar que los gemidos volaran fuera de mi boca. Al mismo tiempo, sus manos estaban masajeando mi cuero cabelludo suavemente, pero de manera sexy.
Involuntariamente, mis dedos se deslizaron por sus costados hasta que conocieron la piel desnuda de sus piernas, la falda mullida del vestido estaba enrollado contra de mi bajo vientre. Me aseguré de que mis movimientos eran lentos porque yo no quería que ella entrara en pánico, pero no hizo ningún intento de detenerme en absoluto, así que seguí dibujando sobre la suave piel de la parte interna de sus muslos con las yemas de mis dedos.

De repente, ella se apartó una vez que sus labios habían besado toda la piel de mi cuello hasta mi oreja. Cuando ella me miró, su mirada era traviesa mientras se mordía el labio. —Ups, creo que chupé fuerte aquí—Su pulgar suavemente tiró sobre lo seguro que era un chupetón en el cuello, haciéndome tragar duro. No era posible que esta fuera la misma Brooklyn quien se sonrojó cuando la llamé princesa o tenía miedo a montar en monopatín. Pero ella se veía tan sexy con su cabello todo desordenado -probablemente por mi culpa en su mayor parte- y el labio inferior hinchado y atrapado debajo de sus dientes delanteros, mirándome con ojos lujuriosos. Yo nunca había visto este lado de ella, ni siquiera aquella noche que durmió en mi casa.

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