Prólogo:

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La rutina de los Bakugo

Bakugo Katsuki,  ¿como les podría explicar un breve resumen de lo que es hoy de este chico?
Y es que a pesar de tener finalmente un trabajo, no tiene una rutina clara; en pocas palabras: Su vida es un completo desastre.

La razón es sencilla; es un alfa, padre de un pequeño cachorro que aún no desarrolla su género secundario, que sufre por la ausencia de su madre y que claramente,  tiene un temperamento de la mierda justo igual al suyo.

El pequeño Bakugo Akihiro era un pequeño de siete años, malhumorado y muy inteligente,  podía huír de su padre siempre, era un manipulador de primera a pesar de su corta edad pero bien le decían a Bakugo que: "hijo de tigre pintito", sin embargo Bakugo sentia que contrario a él, su pequeño hijo tenía un mejor control de su tiempo.

En sus primeros cinco años le había sido fácil cuidarlo pues el kinder en el que trabajaba como maestro le permitía llevarlo, lo que fomento en el pequeño un aprendizaje más rápido, aunque su hijo también era alguien muy especial.

—Papá, son las 7:39. Tienes un minuto más, o llegare tarde a mi primer día.

Si, ese era su hijo.

Katsuki dejó de lado su almuerzo para mirarlo con gentileza; hacia mucho tiempo que su carácter malhumorado no volvía en presencia de su hijo... Las dos semanas más largas de su vida.

—Hiro, cariño; realmente quiero llegar a tiempo y lo sabes pero tengo que ir a mi trabajo justo después de dejarte y en este momento estoy terminando de hacer tus aperitivos mientras trato de alimentarme para no morir en el trabajo.

—Papá,  mis amigos del kinder tenían una mamá que se los llevaba,—Ahí estaba ese tema otra vez—deberías contratar una.

—Cariño, ya lo habíamos hablado.

El pequeño Hiro torció los labios,  su papá siempre le decía que una mamá;o papi omega en su caso, era alguien a quien Papá alfa amará mucho y que por eso no podía ser cualquier persona quien ocupara ese puesto.

—¿Cuando va a regresar mamá?

Katsuki miró a su hijo, no sabía que decirle cada vez que el pequeño hacía esas preguntas. Y es que realmente él no sabía que había sido de Midoriya Izuku,  el omega que había amado con el alma y lo había dejado junto a su pequeño en aquel cuarto que habían alquilado temporalmente; con el propósito de comenzar a formar a su familia, durante un año y medio justo después de nacimiento del pequeño.

Aquel abandono había dejado estragos importantes en Akihiro,  más porque la conexión "madre" e hijo se había formado por completo. 

—El tío Shoto dijo que debes mejorar primero ¿Recuerdas?

El pequeño asintió y miró su reloj, 7:45. Su padre tendria que lidiar con un pequeño muy molesto porque "llegaría tarde", ese carácter controlador de un Bakugo Katsuki inexperto y loco por tener el tiempo justo mientras estudiaba y cuidaba a su pequeño había sido adquirido por Hiro en sus primeros años de vida.

No tardaron mucho en llegar a la escuela, el horario de entrada del pequeño era a las 8:30 am, Bakugo había llegado justo un minuto antes, respiro con alivio tras despedir al pequeño con una sonrisa, sabía que el pequeño tenía todo en orden respecto al control de su tiempo, pues con su padre siempre había imprevistos de ese tipo. Conducir hacia su trabajo era un espacio tranquilo para él,  le permitía pensar un poco y relajarse de lo que parecía ser si trabajo de tiempo completó.

Al llegar saludo a las demás maestras, comenzó a preparar su escritorio. El horario de entrada del kinder era a las 9:00 am, por lo que los niños no tardarían en llegar;  al cabo de un rato, varios niños que iban llegando comenzaron a sentarse en su lugar, otros dejaron sus cosas en su asiento y se levantaron a platicar.  El sabia con anticipación que ese día sería muy largo, pues ver a la pequeña Shira llorando con pegamento en el cabello le dio una señal.

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El receso llegó pronto, haber puesto a los pequeños a buscar imágenes semejantes en un bote repleto de arena de playa había sido lo más Pacífico de la clase. La puerta de su aula fue tocada con insistencia y ya se imaginaba quien era.

—Kirishima,  adelante.

La figura del chico esbelto de cabello rojizo se hizo presente, acercándose a pasos apresurados tomó asiento en una de las pequeñas sillas de los alumnos.

—¿Como le fue a Akihiro?¿Lloro? Porfavor dime que no.

—No no lo hizo, sin embargo estoy preocupado por él. —Kirishima lo miro sin entender el porqué,  Bakugo supo que debía explicarse inmediatamente. —Nuevamente esta preguntando por su otro padre, pero ya sabes, le dice mamá.

—¿No le has dicho que Midoriya no va a volver? Bueno, no me consta. Pero ya pasaron 7 años desde que los dejó.

—No le voy a decir eso a mi hijo, imbécil.  Para empezar,  ni siquiera se si Izuku lo quería tener, no supe ni porqué escapo después de haber estado juntos cómo pareja más de 6 años antes de que Hiro naciera.

Kirishima sabía que Bakugo requería un abrazo pero él no se lo daría, no tenía voluntad para hacerlo después de lo ocurrido 3 años atrás.

—Voy a ser honesto contigo Katsuki.  Sabes que Denki y yo estamos intentando tener una relación,  también que él es amigo cercano de Midoriya y su familia porque ambos comparten su posición social.—Bakugo lo miro con confusión,  casi aterrado por lo que le diría, esperando que no significará que le querían quitar a su hijo.—Él... le pidió ayuda a Denki para encontrarte, claramente aun no le responde porque quería consultarlo conmigo y yo, vine a preguntarte directamente hermano.

Un balde de agua fría, tendrían que mudarse, dejar su trabajo, huir. Huir no era de alfas, pero no quería perder a su hijo, de igual forma después del abandono de Izuku su alfa no se había manifestado,  no había muerto aunque tuviera la marca del omega peliverde, era como si siempre hubiera sido un beta, percibía olores pero sus instintos de alfa, el celo, la voz de su lobo en su cabeza, todo se había extinguido.

—Definitivamente dile que no, se que el nos buscará con ayuda de otra persona y por ello debo apresurarse y mudarme con Hiro a otro lado.

—Katsuki, Shoto te dijo que Hiro no cambia sus rutinas fácilmente, le teme al cambio y una mudanza...

—¿Crees que no se eso? Pero si Izuku nos encuentra, me va a querer separar de mi hijo.

Kirishima le dio una leve sacudida a Bakugo.

—Escuchate, estas hablando por tu pánico, Midoriya no se lo llevo cuando tuvo oportunidad,  no te lo quitara ahora.

Esperaba que eso fuera así, Hiro le había dado sentido a su vida tras su corazón roto, tras el alejo de sus padres, simplemente su hijo era su todo.

A veces le gustaba pensar en lo que había sido aquella muy corta etapa de su vida en la que no tenía responsabilidades,  por supuesto,  que no se arrepentía de tener al pequeño Akihiro.

Solo le gustaba imaginar que hubiera sido de él y su pequeño si tan solo se hubiera podido controlar en aquel primer celo.

Por otra parte, en un lugar, algo lejano. Un chico de pecas comenzaba a cuestionarse sus decisiones, esto tras haber pasado mucho tiempo en aquella enorme mansión que a sus ojos parecía más bien una cárcel.

—¡Mierda, Izuku! Pensé que esta vez te esforzarias por la familia.

Aquellas palabras retumbaron en sus tímpanos. ¿No había ya sacrificado demasiado?

Todo por un sueño que probablemente no cumpliría.

—Padre...

Fue lo único que pudo pronunciar.

ALFAS BOBOS 💚 KATSUDEKU 🧡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora