Especial; al cuadrado.

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Debo acomodar esto cronológicamente, aunque no es relevante para la historia lo es para mi porque significa KAGEYAMA Y BAKUGO en un mismo espacio.
Anyway, disfruten.

[♤♡◇♧]

Izuku estaba nervioso, ya había visto a su hijo convivir con sus amigos, ya lo había regañado en privado tambien; pero esta situación le era particularmente difícil  y no sabía que hacer, ahora que debía regañarlo frente a sus amigos

¿SE ENOJARIA AKIHIRO CON ÉL?

Todo empezó cuando su pequeño angelito tomó un pedazo de pastel y lo estrelló en cara de la cumpleañera Ritsuka quién al no agradarle aquel acto tomo de los cabellos al contrario. Mientras un pequeño Shobio trataba de separarlos.

Busco con la mirada al tal "Shoyo" un omega algo enérgico con olor a naranja y lo que le parecía lima, si bien el chico tenia un rostro delicado, su complexión era totalmente diferente,  la cual podría ser considerada la de un beta. Algo distinto a los omegas comunes, con rasgos afeminados. Si era honesto consigo mismo, estaba algo celoso de la apariencia del joven, le hubiese encantado verse así.

Sabia que Bakugo tardaría en llegar así que debía actuar ya.

—Akihiro disculpate.

Dijo tranquilo, aunque trato de sonar autoritario mientras tomaba la mano del menor, quien lo alejo de un manotazo.

Los pequeños mellizos observaban.

—Ritsuka empezó, no quiero, —Akihiro refutó.—ella está siendo grosera también.

La pequeña niña se limpio el pastel del rostro con las manos y procedió a empujar al pequeño Akihiro.

Izuku se sentía perdido en la situación.

—¡Trataste mal a Shobio, como no iba a tratarte igual!

—Solo le dije que aunque era un omega débil yo lo ayudaría, como nos dijo la maestra Tsuyu.

—No soy un omega.—Aclaro Shobio.

Izuku suspiró, aquello le traía recuerdos. Por otro lado, Shoyo solo escuchaba el desastre de los pequeños, había estado acostumbrado a esos altercados cuando los pequeños se habían conocido en el jardín de infantes.
C

uando menos sintió los pequeños ya estaban corriendo por la casa y habían dejado al omega de pie, gritando un: "Akihiro, no seas grosero". Se permitió burlarse un poco, aunque sabia que estaba mal.

Su problema era que no podía evitar juzgar al omega; aquel cruel que había abandonado a su bebé.
Recordar los ataques del pequeño Akihiro le parecía triste, frustrante y cansado,  aún cuando no era ni la mitad de lo que probablemente sufrió Bakugo. Suspiró,  más por el antaño, que por el recuerdo de como sus pequeños aprendieron a ayudar al pequeño Aki cada que le ocurrían a lo que denominaron "esos accidentes".

—Déjalos, son muy unidos. Aunque no lo parezca, se quieren bastante.

Trato de tranquilizar a Izuku.

—Aún así, no debe ser grosero con otros niños, Bakugo debió trabajar un poco más en ese aspecto.

Shoyo apretó un poco la mandíbula,  estaba molesto pero se limito a asentir. ¿Cómo se atrevia a decir eso?

ALFAS BOBOS 💚 KATSUDEKU 🧡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora